La canción se titula así: Paraguas. Es una de las canciones del año 2007, que canta esta chica tan fea, una tal Rihanna.
Si uno no sabe inglés, la canción le suena bien, y puede llegar a repetir 'umbrela, umbrela'. Pero como capte algo, poquito del idioma de Shakespeare, la letra es ...
Yo me he traducido un poco para descojonarme imaginándome a Chenoa - que cada día está mejor - cantando 'te puedes quedar debajo de mi paraguas', aunque pensándolo bien ella cantaba algo así como 'no plastifiques mi corazón', que ya era absurdo...
Pero esto de Youtube hace que haya gente que se le ocurran las mismas chorradas que a ti, y encima mejor. Aquí la versión en español. Yo sigo riéndome:
A que es absurda la letra.
Para terminar una versión acústica de la canción, de una tía que canta desde el salón de su casa...y ya hay cerca de cuatro millones de personas que lo han visto...
- Cariño, ¿no crees que si seguimos tan juntos acabaremos por agotar nuestra relación? - ¿Pero qué dices? Si va sobre ruedas... - Dirás sobre raíles...
- ¡ Vamonos, vamonos! ¡Qué hay un escape de gas! - dijo mi hermano nada más contestar el telefonillo.
Tenía uno de mis portátiles en la mano, donde iba a descargar unas fotos que me había traído el Bro. Pensé por un segundo bajármelo. Pero preferí cambiarlo por una sudadera y el chaquetón.
Ya en la puerta, nos dimos cuenta de que no habíamos cogido las llaves. Y volví a entrar, y como nunca las dejo en el mismo sitio ni me acuerdo de dónde, anduve un minuto recorriendo la casa. Las agarré de una de las mesillas del salón, y corrí al cuadro de luz para desconectar la luz y tirarme escaleras abajo los seis pisos de mi casa, junto a mi madre y mi hermano.
Por el camino nos fuimos encontrando a los vecinos. Conocía a todos de visita, y a otros más, de conversaciones en el ascensor. Por reflejo fuimos llamando a cada uno de los pisos, para seguir evisando.
Cuando llegamos a la puerta de casa, nos encontramos a tres coches de bomberos, cinco ambulancias, unos tres coches de policía municipal y otros tantos de policía nacional.
Los hechos: una familia del cuarto empezó a sentirse mareada, y pensó que había una fuga de gas. No les faltaba razón: la puta caldera quemaba mal, y estaban inhalando monoxido de carbono, apunto de quedarse pajaritos. Una de ellas tuvo que estar una hora con oxígeno, pero afortunadamente estaban bien. La sudadera - que sustituyó en el último momento a mi portátil - sirvió de abrigo al torso desnudo del chaval de la casa que se iba a tomar una ducha en el momento de la evacuación.
En estos momentos me encontré con mi vecina, que había vuelto de Manchester por Navidades...también me encontré con la del quinto, que estaba preparando una cena para 30 personas...y eran tantos que no se dieron cuenta que uno de los hijos - ya sobrepasado los treinta - seguía durmiendo la siesta, y solo bajo en los últimos 15 minutos... y mi hermana (esta no tiene blog) que volvía a casa, y avisamos por móvil de lo sucedido para que no se asustara al ver a los charlis a la puerta de su casa.
El espectáculo duró como una hora, quizá menos. Los bomberos entraron con sus máscaras de oxígeno, acompañados de un médico. Todo quedó en un susto, oportunidad para echarnos unas risas con uno de los enfermeros del Samur que llevaba una peluca a lo afro: "Esto es mejor para los borrachos que la B-12, que no sirve de nada", nos decía entre risas.
Una hora después, justo a las 20.55, volvíamos a casa y a tiempo de escuchar el discurso del Rey, como todos los años, pero con un sustillo menor que me ha servido para actualizar el blog.
PS: Mis queridos 14 ó 15 - porque creo que se ha apuntado una bailarina a última hora - la cámara no me la bajé por lo frickie que soy, sino porque la llevaba en el chaqueton por lo frickie que soy que siempre salgo con la cámara...
Es curioso ver como una marca como Vodafone se adapta a cada uno de los mercados donde está. A mi el anuncio que estas navidades emite en España me parece muy bueno.
En portugal, ponen al gordo barbudo vestido de rojo a jugar al tenis, o compartir cama
En la Gran Bretaña, música celestial, nieve y adornos navideños. Una horterada.
Pero al que le he cogido manía es al "y si te vienes a Movistar"...y no porque sea bueno o malo, que más bien lo segundo, es porque lo oigo al cabo del día como 300 veces...
PS: Mis queridos 14 lectores. Quiero dejar claro que los chicos de Vodafone no me han pagado un duro. Soy tan tonto que lo hago gratis.
En llamas, en otoños incendiados, arde a veces mi corazón, puro y solo. El viento lo despierta, toca su centro y lo suspende en luz que sonríe para nadie: ¡cuánta belleza suelta!
Busco unas manos, una presencia, un cuerpo, lo que rompe los muros y hace nacer las formas embriagadas, un roce, un son, un giro, un ala apenas; busco dentro mí, huesos, violines intocados, vértebras delicadas y sombrías, labios que sueñan labios, manos que sueñan pájaros...
Y algo que no se sabe y dice «nunca» cae del cielo, de ti, mi Dios y mi adversario.
If you can keep your head when all about you Are losing theirs and blaming it on you; If you can trust yourself when all men doubt you, But make allowance for their doubting too; If you can wait and not be tired by waiting, Or, being lied about, don't deal in lies, Or, being hated, don't give way to hating, And yet don't look too good, nor talk too wise;
If you can dream - and not make dreams your master; If you can think - and not make thoughts your aim; If you can meet with triumph and disaster And treat those two imposters just the same; If you can bear to hear the truth you've spoken Twisted by knaves to make a trap for fools, Or watch the things you gave your life to broken, And stoop and build 'em up with wornout tools;
If you can make one heap of all your winnings And risk it on one turn of pitch-and-toss, And lose, and start again at your beginnings And never breath a word about your loss; If you can force your heart and nerve and sinew To serve your turn long after they are gone, And so hold on when there is nothing in you Except the Will which says to them: "Hold on";
If you can talk with crowds and keep your virtue, Or walk with kings - nor lose the common touch; If neither foes nor loving friends can hurt you; If all men count with you, but none too much; If you can fill the unforgiving minute With sixty seconds' worth of distance run - Yours is the Earth and everything that's in it, And - which is more - you'll be a Man my son!
Si has visto la televisión en los últimos 10 días, te sonará.
Usar a Kipling para vender gasofa, tiene su sentido. Que pongan a estos chicos de las motos como los héroes, vale, lo tragamos, hay gente para todo. Pero por favor, hagan algo por la cultura de populacho, y pongan al final del anuncio al del estilo de: "Estas frases no se le ha ocurrido a nuestros creativos de publicidad. Lo escribió el novelista y poeta Rudyard Kipling en 1910".
Así, además de comprar gasolina y resto de productos, la gente hasta se culturiza un poco. Es más deberían de editar las obras de Kipling, y por 20 euros de gasofa o de aceite megaplus, llevarte un ejemplar.
A Dave Mathews le conocí gracias a un amor de allende los mares que me lo recomendó. Ella se fue, pero la recomendación de Dave Mathews se quedó. Cuando oigo este tema me acuerdo de la chica que me lo recomendó, sin nostalgia, sin tristeza, pero esbozando una sonrisa.
Hubo un tiempo que suspiré por Vanessa Paradis, entre otras tantas porque el suspiro es gratis. Luego se casó con Johnny, y nada, pues a otra cosa, porque con él no se puede competir.
Be my baby es un tema que grabó en 1992. Sonó mucho. Creo que es la única canción que me sé de esta francesita. Sin ser una canción muy movida, cuando suena, me despierta.
"All Im asking you for when you walk out the door...", esta parte siempre me costaba...
Hoy le he ganado la batalla al despertador, y me he adelantado para que no sonara a las 6.20. Tocaba trabajar. A esas horas he deseado que alguien hubiera pensado en regalarme solo dos horas más de sueño. Nadie cayó en ello. El primer mensaje, el de Ana.
Los domingos, a estas horas, cuando el reloj aún no marca las 7, el metro de Madrid está lleno de gente que vuelve de marcha. Muchos parecen que vuelven de la guerra. La primera imagen que me ha recibido esta mañana del decimoprimer día del decimoprimer mes del año ha sido la de un tipo con la cabeza metida en una papelera y vomitando los excesos de alcohol. "Por lo menos este tiene el detalle de echarlo en la basura".
El reloj del anden marca que el próximo tren tardará en llegar 15 minutos. Desde que un tren chocara contra otro noto que el metro va más metro. "Estarán haciendo bien su trabajo, pero yo llego tarde..."
Tengo que correr para coger el siguiente metro y llegar en punto a la hora de mi entrada. Me acuerdo entonces de que tengo el tobillo torcido. "Malos tiempos para una lesión", y sigo corriendo.
En el siguiente vagón una chica me dedica una sonrisa. "Esta sabe que es mi cumpleaños...o va demasiado mal..." pienso antes de darme cuenta de que la sonrisa se debía a su estado, tras una relación con el señor Dyc.
En el trabajo tengo la suerte de estar con gente que te lo pasas bien, te echas unas risas, sobre todo hoy porque cuando uno decía más de media palabra, había otro que le decía: "¿Por qué no te callas?". He invitado a cafés, que menos, porque los bollos los ha puesto una compañera medio venezolana, que hemos interpretado como "la diplomacia del croissant".
Las 10, y la gente se empieza a despertar. Llega algún sms. Me sorprende el de una amiga. Le contesto que su agenda Moleskine sigue funcionando. Más sms, y algún corroe. Por cierto, a Arturo aún le tengo que contestar. Y a Plaza, y a muchos otros que no sé quien diablos son, porque mi móvil se ha roto, y estoy con uno que anda para allá. Me he negado que me regalen otro móvil, como el año pasado. Arreglaré el mio. También me mensajean mis hermanos: "No interrumpimos, sabemos que estas trabajando".
He echado algún sms de menos, pero no importa: yo también me olvido. Si me acuerdo, les felicitaré en su día a estos olvidadizos. Es una buena venganza.
Salgo de trabajar y llegó pasadas las 16 a un vips, donde esperan mis padres. Es el único sitio donde a esas horas te dan de comer, aunque sea una pechuga Villaroy literalmente congelada, cambiada por otra ardiendo y con mas patatas fritas. "De frío a helado".
Otra llamada: mi prima Lara, que tras preguntarme mi edad, cuenta, sin saltarse ninguno, hasta los 26. Mi tía me confirma que puedo cumplir sin problemas hasta los 100, cifra hasta la que llega Lara, que tiene 7. Y otra llamada: la que canta los titulares de deportes de 20 minutos.
Con mis padres, hablo un poco de todo, y me recuerdan que tengo que recoger mi habitación para que le metan no sé que cables, para lo cual tiene que perforarlo todo. Estamos de obras, y yo vivo exiliado en casa de mi hermano.
Quedo con dos más que amigos: Chiqui y Rosa. Me regalan un marco digital, que a estas horas aún no he probado. Lo haré mañana sin falta. Es el primer regalo que recibo. En mi casa estas cosas van lentas pero seguras. Ya los recibiré. "En el marco voy a poner fotos de..." y se me ocurren miles. Un buen regalo. Me hacía falta. "Tirurirura, tirurura...", el sms del Cuchillo. La contestación mía me la ahorro.
Allí es cuando me llama mi otra hermana, desde las tierras esas donde los españoles perdíamos todas las batallas y hasta en el duque de Alba. Corta conversación, porque total, el viernes nos veremos, "que ya hay ganas", nos decimos.
Covi me manda un sms, pero no acierto a saber quién es hasta pasado un buen rato. Pero al final acierto.
Después de una buena charla de más de una hora en la cadena de cafeterías que prohíben fumar para preservar la calidad del café, pero este te lo sirven en un vaso de cartón, me voy a mis aposentos para perder las siguientes dos horas recogiendo mis pertenencias.
Me doy cuenta de que en estos 26 años he acumulado muchos tesoros, que creo que solo tienen valor para mí. Te Crees que esas pertenencias - pequeñas cosas como recortes de periódicos, libros, plumas estilográficas, bolígrafos, ridículos llaveros o carteras y monederos - pueden ser codiciados por cualquier ser humano. "Pero si a esta mierda solo le doy valor yo".
Termino de apilar todas mis valoradas pertenencias. En el ascensor, veo que en la barba de diez días - poblada de calvas - tengo una cana. "Ya era hora, vamos por buen camino". Y me voy a casa de mi hermano, que por cierto, junto a su señora esposa me acogen más que bien. Tengo suerte, porque ya no existe el puente de Cuatro Caminos.
Se acabó el día. Un 11 de noviembre más, uno menos.
Daniel, Dani, o El Edding - como le llamaban todos por su afición a hacer pintadas con roturadores en los cuartos de baño de su instituto, por el metro, o en cualquier superficie lisa capaz de aguantar un garabato de los suyos - estaba destrozado. Había besado a Ali - conocido por el genero masculino lleno de testosterona adolescente por su delantera como La Ronaldinho, aunque en su casa la conocían simplemente como Alicia - y su Sara - la única que se había escapado de ser rebautizada con un apodo los había pillado en el parque. "Solo había sido ese beso", pensaba El Edding, pero Sara, dolida, destrozada, y pensando por su parte que no se iba a volver a enamorar de alguien con la misma o más cantidad de granos que ella porque todos eran unos putos niñatos, no le cogía el teléfono, y parecía que tan siquiera leía los desesperados sms, pidiéndole perdón, diciéndole que solo había sido un beso, y ella pensaba qué que casualidad, el único que se daban y ella los había pillado.
El Edding estaba destrozado porque encima no le gustaba La Ronaldinho, que era muy basta, muy de mallas estrechas y con un medallón de oro colgando entre el escote y unos aros, también de oro, que le llegaban casi al hombro, todo lo contrario que Sara, una chica que vestía sin estridencias y que no pegaba ni con cola con el pringado del Edding enfundado en sus pantalones anchos y enseñando cualquiera de los tres únicos cancillos Calvin Klein que tenía. Así que la Sara pensaba ahora que con quien pega el Dani era con la Ali, que era de su género, de su clase, y que ella tenía que hacer caso a su amiga María y volver con los de siempre, con los niños de papá, enfundados en sus marca de ropa, "porque todo es ropa, porque todo es lo que te vistes", le dijo en su día su amiga, "y se ve que el Dani es un pringao".
El desesperado adolescente - creyendo ingenuamente, como todo hijo de vecino en la edad del pavo, que su amor era Sara - se fue decidido a la casa de esta para hacerle pintadas que demostraran su amor. Cuando llegó a la parada del autobús, se bajo y sacó su Edding. Intentó deslizarlo, pero solo pudo trazar una línea. Nada: se había quedado seco. "Me cago en los cojones", dijo al aire copiando una expresión que su padre siempre decía en medio de las broncas con su madre. Nada, misión fallida, no podía demostrar su amor a su Sara.
Pero la vida a veces te da oportunidades: El Edding vio como un operario terminaba de pintar un paso de cebra. Espero a que este recogiera sus bártulos, y sin dudarlo, escribió:
Sara vio la pintada varios días después. La pintada, dos años después, sigue en su mismo sitio. Sara no volvió a ver al Dani desde que terminó el instituto y empezó su carrera de empresariales. Pero todas las mañanas, cuando va a coger el autobús, cruza por ese mismo sitio, y algo siente, dos años después, cuando apenas ya puede leer la pintada que "El Edding", un día escribió: "Sara TQ".
Es el único titulo que se me ocurre para esta fotografía, tomada por el mes de agosto en un edificio de la plaza de España, cuya entrada se convirtió en un refugio a una tarde inesperada de lluvia.
Estos zapatos, sin duda, tuvieron la culpa de que aquella tarde de agosto lloviera en Madrid.
Los videoclips ya no son solo lo que eran. Ahora cualquiera puede reinteptretar el videoclip de una estrella y mandarle a tomar por viento. Ya no hablo de los odiosos playblack amateur que dejan en ridículo a quien hace que canta - salvo si el aspecto físico la (que no le) acompaña, y aún así tengo mis dudas - mostrándose al mundo en todo su esplendor. Algunos cantan por si mismos, y tienen canales de Youtube con audiencias millonarias. Pero de eso ya hablaré otro día, si me apetece, porque cómo me parecen tan ridículos - salvo contadísimas bellas excepciones - que vayan a cantarle a su madre.
A lo que iba, que con tanto hortera me despisto: hay un género nuevo que es la reinterpretación del del videoclip. En muchos casos pone en ridículo el sentido de la letra, como el caso que hoy os traigo, mi queridos 14 lectores, que por cierto hace mucho tiempo que no os mentaba.
Mika (aviso, enlace a myspace) es un tipo delgado, joven, y que como todo cantante moderno para el gran mercado hace gallitos cuando canta. Es la moda. Y lo que manda narices ,el tipo no suena del todo mal. ¿Me habré acostumbrado ya a tanto fulano que canta de culo? Aquí os dejo su videoclip "Like Grace Kelly", y dos versiones de internautas con tiempo para mostrar lo ridícula que es la letra. Pero mola, ¿o no? Yo si sigo así pierdo el gusto por la música. Si ven que un día pongo a Julio Iglesias - o mejor al tonto baba de su hijo, el que hace que canta, el que dice que se beneficia a la tenista esa que no juega al tenis sino luce y bien el palmito- denme por perdido.
Pues eso, cómo Grace Kelly...
Por cierto, un día os hablaré de una joven cantante portuguesa que triunfa en Youtube, y canta muy bien.
Últimamente me suelo despertar sobre las 6.15, y a esas horas las calles aún no están puestas. Me despierto con la radio escupiendo las primeras noticias, desayuno, aseos varios, preparar el macuto y puerta. Llevo un reproductor mp3 con radio, que nada más cruzar la puerta del ascensor le someto a un escrutinio en busca de canciones que me despierten. Las he llamado como canciones despertador y las iré poniendo por aquí.
Para esta primera entrega os presento Unwritten, canción que se repite como el ajo en las radio fórmulas. Pese a ello, y a ser una canción muy (pongan el calificativo que deseen), me gusta y las 7 de la mañana me despierta. Unwritten es una canción de Natasha Bedingfield (piénsatelo antes de pinchar, es un Myspace, si quieres información seria de la artista vete a la entrada de Wikipedia).
Es el primer Mini que veo por la calle y no me parece feo. Según el bastidor, el diseño es de Victorio & Lucchino.
Iba a poner que los diseñadores sevillanos debían de abandonar el diseño de Minis, por el diseño de las otras minis, las minifaldas, pero la única que he encontrado por la Red, no me convence.
Pero es de justicia decir que un día un traje de Victorio & Lucchino me quitó el hipo. No sé si fue el contenido o el continente...bueno, hasta aquí puedo contar...
Estoy apurando las últimas horas de vacaciones, antes de incorporarme a un nuevo trabajo, con mucha ilusión.
Lo primero es tener un poco de orden en la habitación; estas dos fotografías las tomé hace una semana, cuando volví de mi periplo por el corazón de Europa. El desorden que se aprecia en la de la izquierda es creado: el orden siempre se genera a partir del caos.
Ya escribo desde Madrid; el martes volvimos de Amsterdam a Bruselas, y si no escrito antes es porque estaba realmente rendido: patearte una ciudad como Amsterdam en menos de dos días es lo que tiene.
Como digo, lo que me ha gustado es la vida estructurada alrededor de los canales; seguramente mi opinión cambiaría sin tanto sol y sin la temperatura agradable que nos acogió; tienen una vida saludable estos pueblos que se mueven en bici, salvo que la dieta no les acompaña: tanta patata y tanta salchicha echa por tierra todas las horas encima de una bicicleta.
Precisamente lo que me ha llamado la atención es la cantidad de restaurantes argentinos que hay. Hay tantos que uno piensa que se tiene que ir a Buenos Aires para comer comida holandesa. Decía que la libertad individual tiene unos limites bien marcados. La prueba más palpables es la prostitución y los Coffee Shop. El barrio rojo es cutre a más no poder, en una decadencia eterna, que interesa ya más a los turistas que a los clientes de las meretrices. Los Coffee Shop son los que son, y uno esta vez nos lo ha pisado, porque viniendo de donde uno viene, no tiene ningún interés y no flipa con ese ¿romanticismo? de un fumadero.
Me he llevado un gran chafón con el museo del pintor de una oreja. En el Van Gogh lo importante es hacer caja. La cola que hay no depende de cuanta gente puede soportar el museo, sino de la habilidad de los taquilleros. La consecuencia es que tienes que hacer cola para ver un cuadro, rodeado de gente que se lanza sobre el lienzo sin importarle que tu estés en el medio. Consecuencia: vimos los cuadros desde lejos, y a paso ligero, porque el museo no invitaba al deleite. Aparte de que para ser un museo dedicado a un pintor, poquitos cuadros tienen. Vaya, un timo de a 10 euros.
De Bruselas me queda poco que decir. El último día me cené los mejillones de rigor, compartiendo mesa y mantel con Laura, una compañera de carrera que guerrea como periodista por los pasillos de la comisión. Antes habíamos pasado una buena mañana (caminando como tontos como siempre) en el museo del Comic, viendo libros de segunda mano, o tomando un algo en Le Sablon.
Puedo presumir (si se puede puede presumir de esto), que ya conozco bastante bien la capital europea, y que tengo mi sitios imprescindibles. Esta ha sido la cuarta estancia, y vendrán más. Pero ya no me sorprenderá tanto, pero si la disfrutaré yendo a tomarme un algo al café de los belgas, cenando mejillones, disfrutando de un gofre por la calle, simplemente pasearme por los parques de Ixel o volver a ver los museos que más me han gustado.
Me quedará para el próximo viaje desvelar un misterio que atormenta: ¡qué día de la semana toca sacar la basura y de que color tiene que ser la bolsa!
Cierro el Cuaderno de Bruselas, esperando ampliarlo en próximos capítulos. Os dejo con las fotos de Amsterdam: de las 349 que hice, he seleccionado para mis 14 queridos lectores un puñado. Espero que os gusten.
Hoy tocaba Brujas ¡Qué decir de la Venecia del norte! Lo mejor es ir a verla, o en su defecto darse una vuelta por el Flickr.
La vez anterior vi la ciudad con prisas y a pie; esta vez en bici y despacio, de vacaciones y sin la resaca de una entrevista de trabajo a mi acompañante de viaje. La ciudad gana aún más.
Queridos 14 lectores (si es que alguno sigue por aquí): me voy a dormir, que me espera la próxima estación: Amsterdam.
Vuelvo a Bruselas. Han pasado cuatro meses desde la última vez, que solo fue para un día, con una rueda de conferencias sobre temas de defensa.
Esta vez serán cinco días, con dos en Amsterdam, acompañado por Rosa y cuatro cámaras en total. No hay tiempo para más. Una boda de un conocido nos espera el próximo viernes.
No haber dormido nada en las últimas 24 horas me ha hecho pegarme una buena siesta en el avión, y rematarla con una ya más seria, de las de camisón y orinal. Descansar me hacía falta. El video Antes de todo un vídeo que se ha currado la Rosa (tiembla Almodovar, tiembla). La parte en la que visitamos museos y vamos a conciertos no la hemos puesto. Vendrán más.
Lo que no podía faltar. Se ha convertido en una costumbre cada vez que vengo a Bruselas a ver a una conocida que tengo: un buen watarzooi de pollo en el restaurante Le Cirio, situado en uno de los laterales de la Bolsa, y abierto desde 1886. La bebida típica del sitio es el half and half, y lo sirven en una copa alargada, porque no es otra cosa que una mezcla de vino blanco con un toque de champán. ¡No vean como se lo beben las ancianitas de 80 años!
Marcha bruselina. Hace un año me llevaron a la Place Chatelain a ver como se divertían los snob. Esta noche ha tocado darse una vuelta por Saint Géry, donde estaba la gente tomándose sus cervezas y sus vinos; poca copa en las mesas: aquí, aparentemente, beben tranquilos, de otra manera.
Se lo he visto a Rosa, y no me he podido resistir a buscar la versión original, cantada por la mítica y bajita Edith Piaf, y el alto y joven Théo Sarapo, el último marido de la Piaf, quien la acompañó en sus últimos y tormentosos años, enganchada a la morfina.
Solo por el gesto con el que Edith llama a Teo al escenario merece la pena verlo.
Y ya saben, mis queridos catorce lectores: si están enamorados no cuesta nada decirlo, pero no vale en vano, que nos conocemos:
Mais toi, tu es le dernier ! Mais toi’ tu es le premier ! Avant toi y avait rien Avec toi je suis bien !
C’est toi que je voulais ! C’est toi qu’il me fallait ! Toi que j’aimerais toujours… Ça sert à ça l’amour !
La reconoció por los bucles dorados de su pelo, y el color azul de sus ojos; los mofletes rojos habían casi desaparecido, y ahora parecía más esbelta, más hecha que 20 años antes.
Enseguida sufrió una regresión en el tiempo, y se retrotrajo hasta aquella tarde en el que esa niña con nombre francés le arrojó la carta de amor que él le había escrito, y en el presente de 2007 resonaron las crueles palabras de aquella aparente niña dulce le dijo: "¿Pero tú qué te has creído?"
Estuvo apunto de agacharse a coger la carta, cómo había hecho aquella tarde, y por su cuerpo le recorrió la misma sensación de vergüenza, y no pudo evitar mirar alrededor para buscar a aquellos compañeros que habían sido testigos de esa derrota en medio de un recreo.
"¿Te acuerdas de mí?" le dijo casi con la misma voz. "¡Cómo no!", respondió él con tremenda frialdad, para preguntarle mientras le arrebataba de sus manos su última novela: "¿Queras que te la dedique?".
No la dejó responder. Dejó de lado el boligrafo bic con el que había estado toda la mañana firmando con la fórmula "con cariño y gratitud por ser mi lector", y sacó de su americana la misma pluma Waterman con la que había escrito 20 años antes la denostada carta de amor, y escribió:
El pasado miércoles hacía en Madrid bastante calor; así que después de comerme un bocadillo, me quedaba aún tiempo para estar al fresco viendo libros antes de volver al trabajo.
La Casa del Libro es un lugar bastante apetecible para ojear libros. Lo prefiero a la Fnac para este menester: los pasillos son más anchos, está mejor ordenado, y no hay tanto tumulto.
Mientras ojeaba unos libros de "política", una categoría especie de cajón desastre donde cabe de todo, vi que una mujer fotografiaba las ilustraciones de un libro grueso de tapa dura, de los de arte, de esos que cuestan más allá de los 40 euros.
De rodillas, refugiada de la visión de los vendedores, la mujer iba pasando las páginas, y cuando llegaba a una ilustración que le interesaba, la fotografiaba. No se dio cuenta de que a ella también la estaban fotografiando.
No sé cual era el propósito de esta mujer. Me inclino por pensar que estuba recabando ilustraciones para una tesis doctoral sobre el cubismo, y el precio del libro le disparaba el presupuesto; tal vez, ahora que ha llegado el verano, estaba buscando inspiraciones para una estampado de un pareo que ella misma piensa pintar sobre el que le han regalado con el Cosmopolitan, y así maquearlo para que no parezca un clon a tantos otros de las playas de Marbella; o puede que sea una artista en búsqueda de inspiración. ¡Qué sé yo!
Hasta que no la vi, no lo había pensado: con una cámara de fotos digital te puedes fusilar en estas tiendas la parte de un libro que te interese. Lo fotografías en vez de robarlo. No está mal.
También hasta que la vi, una de mis estúpidas perversiones de enfant terrible, era escribir un buen libro (lo suficientemente bueno para que un editor tire 100 ejemplares en la primera edición) e ir a la Casa del Libro o la Fnac a choricearlo, con todo el morro y sin quitarle la protección, para que se disparasen todas las alarmas. Digo hasta ahora, porque fotografiarlo también me parece una buena idea, pero sin esconderme detrás de un mostrador, para que me vean bien, que para eso será un libro escrito por mi.
Volviendo a nuestra fotógrafa de libros, estoy viendo ya los agradecimientos de su tesis doctoral: "Además de a toda mi familia, quiero agradecer a todos los empleados de la Casa del Libro la negligencia en la vigilancia de la sección de arte, que me permitió fotografiar cuanta ilustración me hizo falta para esta tesis doctoral."
PS: Si alguno de mis catorce fieles lectores tiene un buen argumento para mi libro, por favor, me lo comunique. Le incluiré en mis agradecimientos y le invitaré a robarlo y fotografiarlo juntos. La abogada la pongo yo.
En agosto dejaré de trabajar en Gran Vía, porque nos mudamos a un edificio nuevo.
Echaré de menos el paseo desde mi casa, atravesando el barrio de Chamberí, para luego recorrer Fuencarral, hasta llegar a la Gran Vía.
Echaré de menos sobre todo por la gente que me he cruzado a diario en estos últimos meses. El viernes me encontré con esto:
Creo que se me escapa algo: ¿Se trata de una tribu urbana cuyos miembros tienen que ir unidos por unas espsas horteras? ¿Puro aburrimiento? ¿Lujuria (para ellas) llevada a la calle? Sea como fuere, están de atar, con o sin esposas.
Souad Massi enamora con su voz. Para mi es la mejor voz femenina que tiene el mundo árabe en la actualidad.
Esta artista argelina canta tanto en árabe como en francés, y en algunas en bereber. Tiene canciones excelentes, con unos giros que los entiende un argelino, un marroquí, un egipcio...
Empezó a cantar con un grupo flamenco en Argelia, pero la violencia que asoló Argelia en la década de los noventa hizo que casí abandonara la música. Pero siguió, saltó a Francia, compuso varios discos y triunfó.
Sueña el rico en su riqueza, que más cuidados le ofrece; sueña el pobre que padece su miseria y su pobreza; sueña el que a medrar empieza, sueña el que afana y pretende, sueña el que agravia y ofende, y en el mundo, en conclusión, todos sueñan lo que son, aunque ninguno lo entiende.
Casi diez días sin pasar por aquí, mis queridos 14 lectores. Espero que alguno de vosotros quede para leerme.
Han sido unos días duros, de tristeza y amargura; los que vienen, seguirán siéndolo, y no me salía (me sigue costando) escribir de buen rollo. Piano,Piano...
Me llevé una sorpresa hace un par de semanas cuando abrí el armario de la cocina y vi dos botes de Nescafé: uno con café y otro con la tapa roja con letras impresas: "Nescafé descafeinado".
Así que este es el "blanco o negro":¿Cuál prefieres?¿Sigue siendo el café descafeinado café?¿Necesitas chutarte café nada más levantarte?¿Te has tomado cuatro cucharadas soperas de Nescafé seguidas de un vaso de agua para aguantar despierto toda la noche y preparar un examen? Cuéntanos tu experiencia con el Nescafé.
El premio para esta entrada será las etiquetas de los dos botes con los que se puede conseguir un sueldo vitalicio para toda la vida.
Mi hermano tiene una. Solo he jugado una vez, y salía que tengo 52 años de edad mental. "¡Lo que he madurado me dije", satisfecho del resultado, hasta que me explicaron que el resultado era malo, pero, para consolarme, me dijeron que era cuestión de habilidad. Pero no me veo gritándole a una consola: "Mesa...avión...gato...pez...negro...blanco..." Así que para la DS de mi hermano sigo a cinco años de la jubilación mental.
En España la Nintendo DS la anuncia Amparo Baró (ahora con Javier Cámara); en EE UU, es Nicole Kidman, que por cierto, ¡tiene mi misma edad mental! Si ya se lo dije cuando dejo a Tom: "Querida, aunque tu no lo creas y no lo quieras, estamos predestinados".
Pero visto este otro anuncio, mi opinión no sé si cambia mucho...porque es evidente que el susodicho se liga a la rubia por su body, no por la consola...Nintendo...
PS: el post no ha sido patrocinado por Nintendo. He caído en la trampa al ver a Nicole Kidman y a la rubia del segundo anuncio. Soy básico, lo sé...
El otro día, mientras mis dos hermanas se probaban ropa, yo me quedé meciendo el carro de mi sobrina, mientras se pegaba una buena siesta. Me puse a observar y fotografiar a las parejas de la tienda, en una especie de experimento sociológico de observador no participante. He aquí la muestra:
Modelo 1: Hombre parado a la entrada de la tienda mientras su mujer y una amiga se prueban la ropa. Se quedó un buen rato con los brazos cruzados, mirando hacia el fondo de la tienda y lamentándose del tiempo que estaba perdiendo: "Es la última vez que me pasa. La próxima vez que salga ella y Lola solas, que me tienen cansado ya. La tercera tienda, y para colmo no comprarse nada." Este buen hombre se tenía que haber quedado en una cafetería cercana leyendo el periódico tranquilamente mientras su mujer y su amiga Lola hacen las compras. Y así todos contentos.
Modelo 2: Hombre con dos cascos de moto (el suyo y el de su pareja) que hace de escolta en la tienda, y emite este tipo de opinión cuando se le solicita: "Pues te queda bien, ¿pero no tienes uno igual?". En verdad este hombre cayó en la trampa de preguntar un sábado por la tarde: "¿qué hacemos esta tarde?" y ella respondió: "¡Vamos de tiendas!" con un entusiasmo que como para decirle que le aburre soberanamente. Es la fase inicial del modelo 1: dentro de unos años no hará de escolta, y se quedará a la entrada de la tienda.
Modelo 3: Este fue mi favorito: "¿Pero que te pasa que te veo triste? ¡Venga vámonos de compras!" Y el hombre se afana en que se haga probar todas las ropas, y le dice cosas como "ese color no te sienta bien, pruébate este que es más alegre (...) ¿pero de qué pistoleras me estas hablando? Esa falda de queda fantástica".
Modelo 4: Y al principio eran felices, y por la foto borrosos. Este es una pareja joven, enamorada el uno del otro, que se ven fantásticos y que han ido de una tienda a otra, tanto para él como para ella, probándose modelos que no se pueden permitir, pero ella le sorprenderá un día con la camiseta que tanto le gustó a él en la tienda surfera de Fuencarral, y él le regalará una falda casí igual a la que le gustaba a ella, y el casi es solo porque se ha equivocado de talla y le queda algo estrecha.
Este estudio no es generalizable, y hay tantos modelos como hombres y circunstancias. Nunca he creído que los hombres fueran de una manera, y las mujeres de otro, con la consiguiente cantidad de tópicos que lleva cada uno. Hay personas y punto.
Sección nueva en la Bitácora de Moeh: Blanco o Negro. Con el primer caso, mis queridos catorce lectores, lo entenderán: ¿Desodorante de rulo o de spray? Dejen su respuesta en los comentarios. Uno de ustedes podrá ganar el Sanex de la imagen, una vez haya quedado sin contenido.
PS: El autor de este blog se reserva el derecho a dar su opinión en los comentarios, una vez estos superan la cifra de diez...
-- Papá, papa cómprame un coche... -- le dice una joven a su padre -- No hija, ya te he dicho miles de veces que no te voy a comprar un coche. La hija insiste: --Papá, por favor, quiero un coche -- así miles de cientos de veces. El padre, ya cansado de la hija le dice:-- ¡Una mierda te voy a comprar!-- ¡No papá! ¡Un Smart no!
Fin del chiste que un día me contó Rosa. De allí el calificativo de mierda como sinónimo de este simpático vehículo de cuatro ruedas.
El otro día me encontré con un Smart aparcado encima de la cera de la calle Alonso Cano, esquina Modesto Lafuente. Llevaba una antena incrustada en el techo, y un lateral se podía leer: "Brigada contra el ruido".
Estos Smart esatán dedicados a medir el ruido que se produce en Madrid; sospechó que no han ido a las obras de la M-30, porque simplemente revientan del ruido. Además creo que el día que sopla el viento no lo sacan porque vuelca.
Creo que está pijada esta bien, pero ¿les hace falta tanto perifostio para medir los decibelios?¿Alguien va a negar el ruido?
El ayuntamiento de Madrid debe de tener un convenio con Smart, porque también son Smart los coches multeros que controlan que nadie aparque en el carril bus e imponen sanciones pecuniarias.
Creo que Gallardón y su equipo propusieron dotar a la policía municipal de unos Smart. Pero presentaban algunos problemillas: que solo podían detener a un delincuente, mientras uno de los dos policía volvía a patas a comisaria; también lo descartaron porque no imponía: tu imagínate el cachondeo al ver a unos munipa quese presentan en un Smart para disolver un botellón en la plaza del Dos de Mayo.
También estudiaron poner a los señores concejales unos Smart como coches oficiales, con sus respectivas lunas tintadas. No había problema alguno, salvo que a una determinada concejala, esposa de un ex presidente del Gobierno, no le hacía gracia. Sin hacer mucho caso a la electa, decidieron desecharlo porque con el blindaje que había que ponerle por motivos de seguridad el Smart alcanzaba la friolera de 1 km/h, sin posibilidades de tomar una curva.
Con los bomberos pasaba algo parecido: solo podían ir dos fornidos bomberos, y con las hachas y todo el equipo --mangueras incluidas -- se descartó porque el Smart se negaba a arrancar.
Así que decidieron ponerles a controlar el ruido y el tráfico en el carril bus. Soluciones imaginativas de Gallardón y su equipo de ¿consejeros? Sí, como lo oyen: Gallardón le parece que no tiene caché eso de tener concejales y los quiere llamar consejeros. Cualquier día se nos corona como Rey de Madrid.
Estaba buscando unas fotos que tenía de un Smart maqueado para la guerra, con su camuflaje y metralleta cual carro de combate, pero es obvio que no las encontré.
PS: Este post tiene parte de ficción. Quedan avisados por si se creen que esto es información pura dura. Además, si el Smart costase unos 1.000 euros hasta me lo pensaba.
Me acaba de llegar por correo esta serie de contestaciones matemáticas. Seguro que de mis 14 fieles lectores alguno ya lo habrá visto y/o recibido. Por cierto, 14 fieles lectores, ando indignado con vosotros porque ninguno ha comentado el vídeo de las rusas de la entrada anterior. Y no lo digo por mi ego -- al cual ya alimento yo solo -- sino por la causa que defienden esas chicas...De verdad, que ingratos...
Un temblor recorrió mi cuerpo cuando, nada más llegar de París, vi la orquídea en flor de mi madre y el rosal -- que da rosas de pitimini --. Se habían ido de European Tour y las plantitas se quedaban a mi cargo.
Lo sensato, por parte de mi madre, hubiese sido llevarlas a casa de alguna de mis tías, ya que a las plantas -- y sobre todo a sus orquídeas -- las tiene en aprecio.
Visto los antecedentes, yo no era -- y sigo sin serlo -- el mejor para cuidar plantas. La muerte estaba garantizada para las dos.
Hasta el momento solo había conseguido mantener en el jardín de mi casa de Tánger una planta de hierba buena. No era negocio, porque en el mercado, por 10 céntimos de euro, tienes hierba buena para aburrir (lo otra hierba buena cuesta un poco más). El caso es que ha sido, hasta el momento, la única planta que consiguió sobrevivir a mí, hasta que un temporal de lluvia se la llevó por delante.
Acompañaba al rosal un tiesto con un muñón, que supuse que también tenía que regar.
Estos últimos 20 días me he preocupado por las tres plantas. La orquídea -- cuyo nombre procede del griego orkis, testículos, aunque en verdad se parece mucho a los genitales de una mujer, por lo que una entrada como el vicio de la orquídea ...-- y el rosal de pitimini -- que solo sé que pincha, y por eso afortunadamente no guarda gran parecido con nada -- sobrevivieron y el muñón renació -- ya os diré lo que es cuando tenga más forma --. Todo un logro...
La cara de la mía mamma y sus palabras lo dijeron todo: "¡Pero que bien están!¡Y esta hasta está viva!".
Sinceramente, yo creo que las daba por perdidas porque cuando hablábamos por teléfono no las mentaba.
Espero que se las lleve en su siguiente etapa, porque yo con esta tensión de tener seres vivos a mi cargo no puedo vivir...
Por cierto, y ya para cerrar: tengo un cactus (por eso de que no hay que regarlo mucho) y no sé si está vivo o muerto... ¿Algún consejo sobre cómo cuidar un cactus? Lo digo porque son unas plantas agradecidas, y a lo mejor me meto de lleno con ellas...
PS: "Si pones algo sobre mi orquidea sácala bien bonita", me dice...
1,2,3 soleils: son Rachid Taha, Khaled (mi preferido, sin duda) y Faudel. Tres crack del Raï que llevaron a este género norte africano a la modernidad, y en ella siguen.
El concierto de 26 de septiembre de 1998 en palais omnisports de Paris-Bercy (POPB) fue grabado y después comercializado en un disco, que yo guardo como oro en paño.
Esta canción que os dejo es Ya Rayah, una canción mítica de un clásico argelino del raï: Dahman el Harrachi.
Es una canción dura de emigración, de exilio, en definitiva de abandono de la tierra de uno para buscar a veces simplemente un futuro, ni tan siquiera mejor.
Traducción, un tanto libre y después de consultar algunas traducciones en francés (está en argot argelino, y de eso chanelo muy poco):
[Estribillo] Ya Rayah win m'ssefer t'hour taaia ou touila ¡Oh emigrante! ¿a dónde viajas? Te cansarás y terminarás por volver
Chral n'dmou l'aabad el rafliin kablek ou kabli Cuantos se han arrepentido antes de ti y de mi
Ya Rayah win m'ssefer t'hour taaia ou touila ¡Oh emigrante! ¿a dónde viajas? Te cansarás y terminarás por volver
Chral n'dmou l'aabad el rafliin kablek ou kabli Cuantos se han arrepentido antes de ti y de mi [Fin Estribillo]
Chhal cheft al bouldan laamrine wa lber al khali ¿Cuántos países poblados y desérticos has visto?
Chhal dhiyaat wqat chhal tzid mazal ou t'khali ¿Cuánto tiempo has desperdiciado?¿Cuanto tiempo te queda más por dejar?
Ya lghayeb fi bled ennas chhal taaya ma tadjri ¡Oh tu ausente!, no paras de correr en el país de los otros
Tzid waad el qoudra wala zmane wenta ma tedri El destino y el tiempo siguen su curso pero tu lo ignoras
[Estribillo]
Aalach qalbek hzine waalach hakdha ki zawali ¿Por qué tu corazón está tan triste?¿Por qué permaneces allí como un desgraciado?
Matdoum achadda wila tzid taalem ou tabni Las dificultades no durán, y tu tampoco construirás y ni aprenderás más
Maydoumou layyam walay doum seghrek ou seghri Los días no durán, todo como tu juventud y la mía Ya hlilou meskine li ghab saadou ki zahri Oh dulce desgraciado que tu suerte ha pasado, como la mía
[Estribillo]
Ya msafer naatik oussaayti addiha el bakri Ôh viajero, te doy un consejo para que lo sigas Chouf ma yeslah bik qbal ma tbia ou ma techri Mira lo que te conviene antes de comprar o vender Ya nnayem djani khabrek ma sralek ma srali ¡Oh tu el dormido! noticias tuyas me han llegado, te ha pasado lo que a mi me pasó Hakdha rad el qalb bel djbine sabhane El Aali Así devuelve el corazón a su creador el Altísimo.
Mujer gorda, bajita, rubia de bote (lo delataba las cejas negras), aros de oro en las orejas, sobrepasando los 50 años (o llevando mal los 40); chandal de fútbol y deportivas con ribetes dorados: «Pues yo quiero una carbonara; la probé después del concierto de la Pantoja y estaba buenísima. Por cierto, que peazo de artista».
Una del grupo que la acompaña (a la par en estilo), pica: «¿Pero estuviste en el concierto de la Pantoja?»
No sigo reproduciendo el diálogo, porque no quiero que se me vayan los 14 fieles lectores; pero siempre hay una manera de meter un por cierto...
Pasaron algunos días sin que el sueño -- pesadilla -- del mortero volviera a hacerse presente.
Una noche volvía tarde de trabajar; al día siguiente tomaba un avión a primera hora.
Me puse a ver la serie esa que resuelven los crímenes analizando los escupitajos (desde entonces no escupo por la calle no vaya a ser que me endosen un muerto); caí antes de saber quien había matado a la striper.
Me despertó un ruido de mortero que salía de la televisión, de una cadena de información 24 horas que debí haber cambiado aplastando el mando. La pieza rememoraba una guerra en blanco y negro. Ese ruido de mortero era real, pero no desde luego, no como el de mis sueños.
El reloj ya pasaba de las cuatro cuando empecé a ducharme, en vistas a que una buena ducha relaja aún más; fue entonces cuando escuché el primer ruido de mortero -- cómo era en mis sueños -- confundido con el ruido del agua.
Pensé que era fruto de mi imaginación, pero el segundo sonó para despejarme la duda; seguí duchándome, y por un momento pensé que el oficial gringo iba a entra en el cuarto de baño para decirme que estaba en un lugar seguro; y así el cuarto, el quinto y el sexto ruido de mortero.
Me sequé rápidamente, y me puse el pijama, mientras oía cada vez más cerca los ruidos bruscos. Abrí uno de los balcones que daban a la calle y busqué la fuente del sonido: un chico iba, como único entretenimiento, abriendo la tapa de los contenedores de basura y dejándolos caer, haciendo realidad el ruido de mortero de mis pesadillas.
Desde entonces he vuelto a soñar con el ruido de mortero, pero en el momento en el que entra el oficial gringo en escena, yo le digo: "¡Qué no! ¡Qué no es un mortero! ¡Qué es un gilipollas que le da por estrellar contenedores a estas horas de la noche!"
La pesadilla se estuvo repitiendo durante varias noches seguidas. En medio de un sueñobun ruido estrepitoso entraba. Era intermitente, con una cadencia inesperada, sin ritmo alguno.
Los escenarios cambiaban: una pradera, el jardín de casa, un museo...y la historia variaba con la aparición de los morteros. De hecho solo recuerdo el inicio del ruido y todo lo soñado con anterioridad se me ha olvidado.
En todos los sueños -- tornados en pesadillas -- alguien soltaba que era "ruido de mortero", y el pánico comenzaba a hacer mella en las caras de las personas que me acompañaban.
El siguiente paso era siempre el mismo: un oficial salido de la nada nos intentaba tranquilizar -- a mi me ponía más nervioso -- diciéndonos que estábamos en un sitio seguro, pero el ruido se hacía cada vez más intenso, más cercano, y el oficial --siempre el mismo gringo -- no paraba de hablar por su walkie poniendo mala cara y repitiendo: "Nos están atacando, nos está atacando".
Sin saber como, sin saber porqué, el ruido cesaba, el silencio volvía y yo me despertaba. Lo peor de todo era que lo más real del sueño eran esos "ruidos de mortero", que nada se parecían a los de las películas.
Se acabó la visita a París. Ayer, a primera hora de la mañana volví a Madrid.
Ha sido un viaje muy satisfactorio, pero he visto París por fuera. Ya sé donde están los sitios más importantes, ahora solo me queda volver para aprovecharlos la próxima vez.
Por eso este cuaderno de París, tan breve y tan precipitado, se cierra con un marcapáginas, que de aquí a finales de julio espero se vuelva a abrir con más profundidad.
Solo queda el agradecimiento a la compañera de viajes y de aventura, que es la que sale al lado del tío feo, pálido y con ojeras de la foto de arriba.
PS: un guiño para los íntimos: no cometí el mismo error que hace 25 años...jajajaja
PS2: Faltaba un agradecimiento al anfitrión paciente que me dio cobijo y me invitó a cenar en un libanés que no acepta tarjetas American Express...
Estoy en París, cubriendo las elecciones presidenciales.
No he tenido mucho tiempo de pasear por París, pero ayer vi el Arco del Triunfo y me dí una vuelta por Los Campos Elíseos antes de comer en un restaurante libanés.
Hoy me he dado un paseo hasta La Sorbonne, y he visto Notre Dame, Boulevard Saint Michel, el ayuntamiento y he comido al borde del Sena un bocadillo de los que preparan por aquí.
Pero aquí hay que venir de vacaciones para patearse toda la ciudad...por eso, presagio que volveré pronto...
Y aquí os dejó el set de Flickr con las fotos (no políticas, de Paris de la France )
Nació el sábado; pesa 1,7 kilos y he decidido que se llamará...ni idea...así que os pido ayuda.... Alguien me propuso Sofía, por eso de que me declaro monárquico.
Pero no me convence, porque es un nombre precioso y es de persona, y esto es una maquina al fin y al cabo...
Así que este es un llamamiento para que mis 14 fieles lectores propongan nombres.
Por cierto, estamos hablando de mi nuevo portatil, eso que ahora todo el mundo le ha dado por llamar Laptop...
Una foto para que os inspiréis 14 fieles lectores:
Consultó su reloj, y ya iba con cinco minutos de retraso a su clase de japonés; pasaba por el cajero para sacar dinero con el que tenía que pagar a su profesor, un antiguo cocinero de éxito metido a profesor de lengua para orientalistas de postín.
El primer cajero de la sucursal le escupió la tarjeta con un "su operación no puede ser realizada"; la misma sucursal tenía un cajero doblando la esquina, pero estaba con todas sus tripas al aire mientras dos operarios trabajaban, aunque no se intuía si era para sacar los cables o volverlos a meter.
Dentro de la sucursal, el único cajero registraba una larga cola.
Una señora mayor se situaba frente a la cola, con cara de muy pocos amigos, muchísima laca y un abrigo de visón, que le confería un aspecto altívamente estúpido y aberrante.
Introducía hoja por hoja para ir actualizándo su libreta. Por el tiempo consumido pensó que la señora iba aún por los emolumentos cosechados en su primera comunión; quedó confirmado cuando se quedó sin libreta, y tuvo que ir a por otra al mostrador; los que le precedían empezaban a mostrarse inquietos, y miraban a la cola aún más larga del cajero de toda la vida.
Los minutos pasaban, ya diez perdidos en su reloj, aunque por fin parecía que la anciana había logrado actualizar su vida económica y, tras sacar una cantidad importante de dinero, se puso a comprobar cada una de las entradas anotadas en su libreta desde que su tía María le metiera 3 pesetas allá por el año 1920.
«Perdone señora, puede hacer el favor de comprobar que todo está bien en otro lado, y dejar a la gente que use el cajero», dijo en un tono algo indignado por los 15 minutos de retraso que ya arrastraba.
«Es usted un maleducado, joven», le dijo la señora con aire de soberbia.
«Y usted, hace mucho mucho tiempo que fue joven.», fue su única contestación que bajó a la realidad a la señora del visón y pelo lacado.
En el día del libro no he tenido ni un minuto para leer un solo libro; leer he leído y mucho (me paso el día haciéndolo), pero de libros, nada de nada.
No he regalado ni tan siquiera un libro y una rosa, como hacíamos mi amiga Ana y yo. Ahora se me ha marchado por trabajo (en verdad es por amor) a Sevilla, así que no he regalado ni eso.
Volviendo de trabajar, camino de una terraza donde no me quisieron poner nada ya que había cerrado, me encontré en la calle Fuencarral con libros colgando de unas marquesinas, para que los viandantes se pararan a leerlos.
No me paré a ojear ninguno, pero si hice algunas fotos a la gente:
La mujer lee un libro sobre masajes. El hombre lee "El libro de los finales", de Albert Angelo, en el que recopila frases dichas por escritores, músicas y demás cultos antes de estirar la pata.
De éste último libro saco esta frase pronunciada por Leonardo Davinci: "He ofendido a Dios y a la humanidad porque mi obra nunca alcanzó la calidad que debería haber tenido." Eso es humilidad.
Éste blog no sería posible sin los 14 lectores que tengo a diario. Muchas gracias por permanecer allí, muchas veces agazapados, pasivos, callados, sin comentar...