martes, 17 de noviembre de 2009

Versiones: You Give Love A Bad Name

Considero a Bon Jovi uno de los mejores grupos de la historia del rock pop. Ya, que se le va hacer. Sobre gustos no hay nada escrito. Y de Bon Jovi, me quedo con esta mítica canción:



Pero si la canción original es la leche, la que hacen The lost fingers es dulce de leche. Estos chicos canadienses hacen una suerte de Jazz con canciones de los años 80. Es insuperable:



Aquí podéis escuchar la canción a mejor calidad, pero sin que aparezcan ellos, que es una pena, que mejor que les vea, digo yo, partiéndose la pana dándole caña a cello, guitarra española o lo que demonios usen estos genios.

Vía | Afiches

lunes, 19 de octubre de 2009

Una llamada, 1 minuto 43 segundos

Dicen que en muchos aspectos nos parecemos mucho. En el que más, en la brevedad de las llamadas telefónicas. Los que nos conocen aseguran que "nos quema el teléfono en la mano". Reducimos las conversaciones a un "¿Qué tal? ¿todo bien? ¿alguna novedad?", con respuestas tan escuetas como "Todo bien", "sin novedad" o un dicho árabe: "dunia hania wa sma safia" (el mundo tranquilo y el cielo despejado).

Ayer por la noche hablamos por teléfono. Llevábamos sin hacerlo unos cinco días. La llamada duró 1 minuto 43 segundos. Pero estoy convencido que tanto él como yo sabíamos que sobraban los 43 segundos.

miércoles, 14 de octubre de 2009

Flash anular con mis propias manos

No soy un manitas. Más bien soy un manazas. En el colegio siempre sacaba un aprobado raspado, muy raspado en Educación Plástica: plásticamente soy un maleducado.

Pero hoy me he propuesto ahorrarme unos 500 eurillos, y me he fabricado mi propio flash anular. El resultado ha sido este:

He intentado imitar este modelo. No tenía caja cuadrada para hacerme este otro, pero lo intentaré. No me ha salido perfecto. Digamos que está chapuceramente finiquitado. Pero funciona. A los resultados me remito:


Y no podía falta mi fiel modelo, Belinda, que aunque no lo parezca viene de China:




PS: Mis queridos 14 lectores. Las estadísticas no engañan: sois siempre 14 los que leéis cada día este inmundo blog. Ni uno más, ni uno menos. Lo digo por el insistente "Yo", que comenta que ahora la comunidad de lectores se ha ampliado a 15. Pues no. Se habrá muerto otro, le habrá disgustado un comentario y no ha vuelto, ¡qué sé yo!, pero este maldito blog solo lo leen 14 personas. Y 14 gracias todos los días os brindo para aguantar estas soberanas chorradas (peloteo para mantener al público satisfecho).

PS2: Por cierto creo que Míster Increíble se ha ido con la china. Con eso de que Belinda no conoce aún Madrid, el tío le ha soltado un "yo te enseño lo que haga falta". Creo que a ella le van más los surferos veinteañeros tostados al sol que un tipo cuarentón con panza venido a menos...

Ps3: Para los más torpes hay otro modelo, basado en un bote de plástico opaco. Yo no lo he podido hacer, porque al fregasuelos del Continente (único que reúne las características exigidas) le queda un poco, y no es plan (aunque lo he pensado) de ponerme a fregar para gastarlos antes.

domingo, 11 de octubre de 2009

Escribiendo con mi propia letra

Ayer me acosté a las tres de la mañana. Estaba en disposición de hacerlo una hora y media antes, pero encendí el ordenador y anduve trasteando. La culpa la tenía Afiches, que me ayudó a hacerme mi propia fuente a partir de mi letra escrita usando Font Capture. Pero eso no fue todo. También me pasó miles de Brushes (ella no vean como lo pronuncia de bien) para usar en el Photoshop: desde aviones, coches, hojas, gasolineras, formas diversas y divertidísimas. He aquí una mezcolanza.

Aquí te explican como se usa Font Capture. No hagáis como yo, mis queridos 14 lectores: tomaroslo con calma, como si fuera una de esas odiosas plantillas que nos ponían en el cole para tener una letra decente. Yo ni con esas: mi letra, y a la prueba de arriba me remito, es un horror.

lunes, 5 de octubre de 2009

Escena (I)

Calle Mayor. Una de la tarde. Un padre (rondando los cuarenta) y una hija (cinco o seis años) caminan hacia la Plaza Mayor. La niña suelta una moneda ante un hombre quieto, congelado y disfrazado de soldado. Cuando la pieza choca contra el resto de la recaudación matutina, el soldado responde disparando una metralleta de juguete, con una luz roja en el cañón que se acompasa con un histriónico sonido.

Los dan unos pasos, lo suficiente para que parezca que la estatua humana no le lleguen a sus oídos las palabras que el padre le va a decir

-- Hija, no puedes darle moneditas a todos...tienes que eligir el que más te guste, el que mejor lo haga...

-- ¡Pero si lo hacen todos muy bien! - responde la niña con un puchero

-- Ya pero tienes que elegir, que sino te vas a quedar enseguida sin monedas...

-- ¿Y si me gusta uno más que otro le puedo quitar la moneda que le he dado?

La conversación se pierde entre el ruido del acordeón de un acordeón al que padre e hija se dirigen.

miércoles, 30 de septiembre de 2009

Profesionalidad

1. f. Cualidad de la persona u organismo que ejerce su actividad con relevante capacidad y aplicación.
2. f. Actividad que se ejerce como una profesión.


Fotografía tomada del blog de WSJ Pictures of the day. Copio el pie: "Photographs showed a model’s comeback after a fall at the Mila Schon Spring/Summer 2010 collection show at Milan Fashion Week Tuesday. (Alessandro Garofalo/Reuters)".

Cuando he visto esta fotografía, no sé porque me ha venido a la cabeza la palabra "profesionalidad". Por el fotógrafo, pero sobre todo por la modelo. Por cierto, WSJ en su pie cita a todos los protagonistas (fotógrafo y agencia, diseñadora) salvo a ella, a la protagonista de verdad, a la modelo.

Aquí, imágenes de los bastidores de NYfashionweek
.

lunes, 28 de septiembre de 2009

Cuartos de baño

Si alguien les cae bien, eviten entrar con él/ella a un cuarto de baño. Puede correr el riesgo de llevarse una desagradable sorpresa: vuestro amigo mea y no se lava las manos.

Es algo muy común. Desde el otro día no saludo con la mano a un tipo, con el que coincidí en el cuarto de baño y vi como expulsaba orín y luego se iba tan ancho. Desde entonces le doy una palmadita en el hombro y con un "¿qué hay majete?". Que sea un guarro no significa que le vayamos a negar el saludo, pero el contacto con las manos el justo.

Los hombres -- no he podido hacer trabajo de campo en el lado femenino por razones obvios, pero allí están los comentarios para dar rienda suelta a vuestras experiencias -- son unos asquerosos. La inmensa mayoría no se lava las manos después de asir su miembro para dirigir el chorro. Más grave aún: en un elevado número, muchos de ellos tampoco lo hace cuando salen de la cabina de defecación, y con el periódico debajo de la mano enfilan hacia la salida.

Meadores del Guggenheim Bilbao, paradójicamente el único sitio del museo donde no tienes a un segurata en la nuca diciéndote que no se pueden tomar fotos.

Pueden hacer ustedes -- les hablo de 'usted', mis queridos 14 lectores, para que disculpen la ausencia -- lo que yo con mi recién conocido y negarle el saludo con la mano. Pero la mierda, dicho en plata, la van a tocar: ¿con qué se creen que abre la puerta el marrano? Pues con la mano, la misma que ha usado para limpiarse el culo y para las maniobras propias del meado. Y esa mano tocará el mismo manillar que poco más tarde tocarán ustedes con la suya.

Puede optar, además de no darle la mano al guarro, por no ir al cuarto de baño, con el riesgo de que la vejiga estalle. Da igual, la mierda la tocarán: imagínese que es un compañero de trabajo, de otro turno, que se sienta en vuestro mismo sitio, y que toca con la mano (la misma con la que ha hecho lo que ha hecho sin lavársela) el mismo teclado que vuestras manos aporreará durante horas.

Moraleja: da igual que tu te laves las manos a fondo después de cada meada, que la mierda del guarro llegará a tu mano niquelada.

PS: Mis queridos 14 lectores. Perdonen la ausencia. Ya he vuelto del todo. Mañana más, pero no garantizo que mejor...

martes, 8 de septiembre de 2009

Ayer sonaba



Ayer sonaba en la radio de un coche al que le han metido una cinta que conecta a un ipod. Es el grupo The Do. Más, en la Wikipedia.

lunes, 10 de agosto de 2009

Ibsar

Mañana de miércoles de primeros de marzo en Tánger. Año 99. Ando en tercero de BUP, y como todas las mañanas me despierto a las 6.45 (con el paso del tiempo no sé como carajo lo conseguía). Ducha, meto las cosas en la mochila, y me bajo a desayunar a la cocina. Por mis piernas se restriega sexualmente la gata: yo estoy en plena adolescencia, y ella, en celo, solo huele mis hormonas. Un par de sacudidas con el pie y consigo que desaparezca.

Lo primero que me espera nada más salir de casa es una cuesta del 10% de pendiente. Mi Everest matutino. No hace frío, pero tampoco calor. Sin embargo, noto que tengo la espalda empapada, como si el radiador se hubiera activado y hubiera empezado a manar sudor de mis poros. Cuando llego a la planicie pasan algunos taxis. Tengo en mi bolsillo siete dirahms (unos 50 céntimos de euro). Me da para coger un taxi, porque como mucho me cuesta cinco. Sin embargo, ese dispendio me dejaría sin el manjar de los miércoles: media barra de pan rellena con una de las mejores tortillas de patatas que prepara la mujer de Tano en la cantina, y de las que a mí siempre me guarda mi ración.

Cuando llego al instituto -- unos 20 minutos después -- el jersey lo tengo empapado, algo que no es frecuente en mi, porque soy de poco sudar. Para despertarme tengo a primer hora literatura con Chelo. Como siempre me hago el sobrado y no saco nada de la mochila. Pienso que la literatura solo se estudia de oídas y leyendo, a penas sin apuntes, y quedándote con algún que otro dato, como que Machado, Antonio, se lío y se casó con una joven de 16 años en Soria que murió al poco y a la que el poeta (que menos siendo poeta) le dedicó un poema soberbio tras su muerte, y que luego, como poeta que era, se enamoró de una mujer casada, una tal Pilar Valderrama, a la que él rebautizó como Guiomar (Pilar no lo debía resultar muy inspirador), y le dedicó otros precisos poemas, 'te quiero para olvidarte, para quererte te olvido', pero la tal Pili no le hizo ni caso, y él insistía en mandarle poemitas y aduciendo que era un amor platónico y que no buscaba carne, bla, bla, bla.

La clase transcurre con normalidad para todo el mundo, salvo para mi. La espalda mojada interacciona con el jersey que llevo, y el pico es irresistible. Me entretengo mandando alguna notita a una compañera, pero el rollo se corta cuando la rubia Chelo nos dice que nos estemos quietecitos y que así no se puede dar clase. Normalmente a Chelo le hacemos poquito caso, ya que como mucho te echa cinco minutos al pasillo. Pero paramos, porque está explicando no sé que del Quijote y avisa que eso entra seguro en el examen.

Termina la clase. Chelo se dirige a mi para reñirme por mis correspondencias con la susodicha compañera. "Le estaba comentando una cosa sobre el Quijote", le digo como escusa estúpida. "Pues la próxima vez las comentáis en alto, que nadie participa", me estepa, para añadir: "Por aquí huele mal, abrid la ventana porque os vais a ahogar". Hasta ese momento no me había dado cuenta de que apestaba. Hay en la clase un olor a amoniaco desagradable que hace picar la nariz. El reguero de olores queda confirmado por los compañeros de clase que viene de química, y que se nos suman a los de mixtas para la clase de matemáticas con Ana. "¡Joder! ¡Como apestáis lo de letras!" dice uno, a modo de ejemplo de comentario que se van sucediendo.

Decido no entrar en disputas dialécticas sobre los olores de los distintos currículos académicos porque es cierto que apesta. En clase de mates pasa todo lo contrario que en literatura: el cuaderno es más que necesario, y como hice a toda prisa las ecuaciones la noche anterior, decido echarles un ojo. Es cuando, tras abrir la mochila, encuentro la fuente del pestazo que llena el aula: la gata, la zorra de la gata, la muy puta, la cabrona, y demás descalificativos que se le pueda a uno ocurrir, decidió mearse en mi mochila para marcar. Cojo mis cosas a toda prisa y salgo corriendo; decido sobre la marcha tomar el camino más largo para la salida, y así no cruzarme con Ana y tener que decirle que me encuentro mal, porque lo de la meada no se lo cuento ni al Tato.

Cuándo estoy a punto de flanquear la puerta del Instituto, la voz de Mariloli, la guardiana del Severo Ochoa, me frena: "¡Niño! ¿A dónde te crees que vas?". "Me encuentro mal, la tripa, me duele, y me iba a casa", le miento. "Pues al jefe de estudios a pedirle permiso".

El reto es duro. Tengo que hacer mi mejor papel para que Ángel, profesor de filosofía, aragonés, imponente y al que no se le escapa una, se trague que me encuentro mal y que me piro a casa. "¿La tripa? ¿No quieres tomar nada? ¿Un té tal vez?", me dice. "No...no...me quiero a ir a casa...", le digo. "Sí, se te ve mala cara", me responde, y sé que todo va bien, que ha colado, y que no tengo que confesar que la espalda la tengo empapada de orín de gata. "Puedes irte, pero vamos a llamar a tu madre", se cura en salud. Ángel y mi madre se llevan bien, por los orígenes compartidos, y porque mi madre es la pediatra de sus hijos. "Tengo a tu chico aquí malito", dice con un ritintín. "¿Le dejo que se marche a casa o lo dejo aquí atado?". Y mi madre, como madre que es, pero encima como médico, quiere hablar conmigo y habla conmigo para preguntarme los síntomas. "Si mamá, la tripa, me duele, no...no es nada...se me pasará...¡Ni se te ocurra venir a buscarme! Llego a casa, tampoco estoy tan mal".

El salvoconducto lo tengo ya logrado tras el permiso de mi madre, pero Ángel va un paso más allá, y echa mano de su cartera: "Toma, cógete un taxi", me dice extendiéndome cincuenta dirahms, con los que puedo ir y volver a Tetúan si me lo propongo. Ante mi negativa, insiste: "No seas más maño que tu madre y coge el dinero".

Me recibe en casa mi gata, con las mismas apetencias sexuales que está mañana, pero mi instinto es asesino, y ella lo nota. Empieza una persecución por toda la casa, hasta que me doy cuenta de que las patadas que le quiero meter no le van a quitar el celo, y que no hay solución, salvo las medidas preventivas: a partir de ese día tendrá prohibida la entrada a mi habitación, cuya puerta permanecerá siempre cerrada.

La segunda ducha del día en menos de dos horas tiene como objetivo quitarme los rastros de pis. Luego, decido volver al instituto andando. He gastado los cinco dirahms que tenía, pero he dejado intactos los 50 del jefe de estudios. Llego cuando quedan 5 minutos para que acabe el recreo. En la cantina le devuelvo a Ángel los 50 dirahms: "¿Pero qué coño haces aquí", me pregunta. "Ya se me ha pasado", le contesto. Y es entonces que aparece la mujer de Tano, que me pregunta dónde me había metido. "Te he guardado un bocadillo de tortilla. Es el único que me queda, casi te lo vento", me recrimina. "Gracias, pero no tengo dinero...si me lo apuntas, mañana te lo pago, que tengo hambre y tiene muy buena pinta", le sugiero haciéndole la pelota, como todas las mañanas, que a las cantineras te tienen que mirar con buenos ojos, porque son las que te van a dar de comer. Los 50 dirahms de Ángel vuelven a escena, los estira encima de la barra, y le dice a la mejor cocinera de tortillas de patatas: "Pago yo el bocadillo", y mirándome añade: "Eso sí, un día me vas a explicar los dolores de tripa que tienes que se curan con bocadillos de tortilla".

PS: Ibsar (pimienta en árabe) es el nombre de la gata. Murió el pasado domingo, a los 14 años, de un virus que la dejó malamente los últimos meses. Esta anécdota que he contado aquí la recordaré siempre asociada a sus manchas negras sobre su pelaje blanco, con forma de antifaz en la cabeza. Creo que fue una gata que vivió muy bien, a base de latas de comida que le gustaban, porque como todo felino de crianza doméstica exquisita, solo comía lo que le gustaba. Ibsar fue la primera gata (y espero que la única) que ha entrado en nuestra casa, fundamentalmente perruna. Unos amigos de mi hermana se la regalaron para vencer la soledad de sus primeros años en Madrid. Cuando mis hermanos siguieron sus pasos, en Madrid sobraba la gata, y fue así como aterrizó en Tánger, donde fue la sombra de mi madre desde que llegó. Los gatos son fieles, pero solo a los que les dan de comer.

miércoles, 5 de agosto de 2009

Madrid, agosto

Vacío. Dónde más se nota es que hay sitios para aparcar. No tengo coche, pero me lamento al ver, en la puerta de mi casa, hasta cinco sitios vacíos.

Madrid se queda desierto. Es una tradición de todos los agostos, y en la que yo siempre intento estar presente desde hace unos años.

Sin nadie, los bares como el Brillante echan el cierre. Durante un mes no huele a calamares refritos al pasar por delante.

En la farmacia del barrio avisan que hasta el 1 de septiembre no se dispensará ningún anticonceptivo, ningún antidepresivo, ningún gelocaltil y ningún otro tipo de droga.

Las taquilleras de los cines parecen aburrirse, y hasta les da tiempo a hacer un e
crucigrama sin tachones.

"Elija mesa", te dicen en los restaurantes que en otras fechas te reciben con la frasecilla de "tiene usted reserva?".

El mercado es un pasillo de cierres metálicos.

Carteles puñeteros con ritintín: "Cerrado por vacaciones". Quedaría más verosímil si a reglón seguido pusiera: "Jódase usted que le ha tocado quedarse".

En los baretos no hay tanto humo.

Sin tí, hilos de comunicación por el móvil.

El peluquero tampoco está; le espera mi cabellera para septiembre.

Los periódicos vienen con otros colores.

En las radios suenan otras voces.

37 grados.

Y aún así, o sobre todo así, me gusta.

PS: recomiendo lectura del post de Toño Fraguas: 'En Madrid huele a pis'

jueves, 2 de julio de 2009

Perfume

Decían que Marilyn solo dormía vestida con unas gotas de Chanel Número 5. Creo que hubo no pocos hombres pero selectos que lo olieron de cerca.

Acabo de descubrir por mi hermana el vídeo en el que Audrey Tauto [léase Tutu] se lía con Travis Davenport. Son guapos y se conquistan nada más y nada menos que en el Orient Express.



[Pulsa aquí para ver el vídeo, ya que los vídeos de Youtube me descojonan el blog y no tengo tiempo para verle las tripas...]

Los trenes de antes tenían eso: daba tiempo a oler un perfume e intentar conquistar a la chica que se acicaló con el caro perfume al menos el cuello. Ahora la alta velocidad en las vías férreas y los aviones le han quitado a los viajes de un sitio a otro ese romanticismo.

Puajj...mentira podrida. Es romanticismo, sí; pero sobre todo son nuestras ganas de encontrarnos con la Tauto de turno o el Davenport repeinado o despeinado. Yo he viajado en trenes más de seis horas, y lo único que quieres es llegar a destino cuanto antes. Puedo cambiar de idea si hubiera unos compartimentos mejores y un grado más alto de lujo. Pero sinceramente, viajar de Madrid a Algeciras, por ejemplo, de noche, con gente roncando al lado, y en una cosa más parecida a una cafetera que a un tren, no le da ni un ápice de emoción ni romanticismo, por mucho que le eches Chanel a todo quisqui.

Así que soy partidario de trenes de Alta Velocidad, que te llevan pronto, y de compañeros/as de compartimento, que no hace falta que se rieguen con Chanel Número 5, sino que me conformo con el uso del desodorante. Para romanticismo vídeos sensacionales como este.

Solo me queda apuntar una cosa: me siento casi desnudo sino me hecho colonia, perfume, antes de salir de casa. Un día, mis queridos 14 lectores, os relataré mis preferencias olfativas.

martes, 30 de junio de 2009

Tres

1.-



2.-



3.-


Acusación de uso indebido. Dicho esto añadiré que no me decía nada la música de M.J, y menos su personajillo descolorado y vomitivo en muchos aspectos. Para gustos, mis queridos 14 lectores, recuérdenlo, los colores.

jueves, 25 de junio de 2009

Un París rápido

Tres días en París da para encontrarse de lleno con una serie de tópicos de una ciudad. Soy enemigo de los tópicos...bueno, vale, no, no soy enemigo, hay que reconocer que los tópicos ayudan mucho: son estructuras de desconocimiento a las que agarrarse para formular un conocimiento generalizado y sin estrujarse el cerebro.

Esta es la segunda vez que piso la capital francesa. Y he aquí el primer tópico: París es una ciudad para patear. En tres días, a ojo de buen cubero, uno calcula haber andado entorno a los 30 kilómetros. Prometo hacer el cálculo científico.

El otro tópico es que París es la ciudad del amor: parejas besándose en los parques, mirándose a los ojos...y es que el escenario invita a la vida amorosa. Uno lo intenta, sí, pero no le sale la foto de Doisneau, porque los besos de pose no son genuinos, y el que escribe prefiere lo genuino. ¿Sabían que los dos fulanos de la foto mítica apenas se conocían y que dejaron de conocerse muy pronto? Y sí, también, el tópico se cumple: París invita a amar y ser amado. Lo crearon para eso.

Como entenderán en tan poco tiempo no da para muchos museos: el Pompidou y el Museo de Orsay. Del primero diré que no me gusta el arte moderno salvo excepciones y que con eso lo he dicho todo; del segundo diré que está más desordenado que mi alcoba, y que por eso lo van a cerrar e intentar reconfigurar para que tenga algo de lógica. Esperemos que para entonces prohiban a la gente hacer fotos a los cuadros, porque es una peste que se pone en primera fila de obras como 'el origen del mundo', que ni disfrutan el coño retratado, ni hay coño que disfrute con tanto psicópata con cámara. Yo me didiqué a hacerles fotos, y tan pronto como tenga tiempo y photoshop para reglar los niveles las publicaré.

El otro tópico recurrete (reiteración innecesaria) es que los restauradores son unos timadores natos. Pero es un timo institucionalizado: desayunos a 20 euros con unos crêpes asquerosos con la carta con todos los precios, o un menda que te cobra 13 euros en lugar de 8 euros porque el agua no es lo mismo que la Coca- Cola...eso sí, el je suis desolé está en boca de todos.

Eso de que los parisinos son bordes es una mentira a medias: si vienes de Andalucía, donde todo es simpatía, todos te parecerán bordes cuanto más te alejes de Despeñaperros. Los paresinos son correctos, sin derroches en los modos, y es injusto decir que son antipáticos: forman una especie del género humano que se da solo en las capitales, y que le da al caracter cierto grado de bordería capitalina.

Y no sigo más. Perdonad, mes chers 14 lecteurs, por esta versión rápida, que no ha sido reeleída para corregir pero es que el sol brilla en Bruselas, y eso no se puede desaprovechar.

sábado, 20 de junio de 2009

Maletas

En unas horas parto de nuevo a Bruselas. Esta vez, como novedad, es que me tocará enseñar la ciudad, lo cual me hace bastante ilusión...Luego también haré de guía de otra ciudad que, en este caso, apenas conozco de una breve vez: París.




Debéis de reconocer, mis queridos 14 lectores, que la maleta me ha quedado niquelada. Un primor del orden, de tetris con la ropa. Espero no haber metido demasiado poco abrigo, pero me resisto en un despunte del verano estar metiendo jerseys en la maleta.

Escribiré por aquí algún que otro apunte. Mientras, ahora, voy a pelearme con mi Ipod y las actualizaciones.

jueves, 18 de junio de 2009

Nostalgia

No sé si he hablado aquí alguna vez de la nostalgia. No me gusta. Me parece muy ñoño: "Tristeza melancólica originada por el recuerdo de una dicha perdida", dice la RAE. Yo prefiero un sentimiento de rencor al pasado, de arrepentimiento, de orgullo por lo hecho, de felicidad...Lo que quieran, pero no el hecho de que por ser pasado me tenga que dar una pena tremenda. La nostalgia es un sentimiento que no llama a nada, salvo a escribir poesía cursi. La nostalgia es un "ayyyyy" acompañado de un suspiro que no debe durar más de cinco segundo y no menos de dos.


Ayer sentí nostalgia. Fue un rato breve (quizá 10 minutos, tal vez 15, seguro que no llegaron). Me avino (no busquen el verbo avinar, es inventado) cuando estaba pasando DVD con fotos a mi ordenador, con el objetivo de trasladarlos a un disco duro. Si no lo saben, los DVD son poco de fiar, y al poco tiempo se van a tomar por viento, con tus fotos. Mejor para eso son los CDs y discos duros externos. De allí mi operación rescate.

Tengo unos 10 dvd con fotos (40 gigas) desde el año 2004, cuando aterricé en el mundo digital. Las primeras fotos pesaba 600 kb como mucho. Ahora, cualquier foto que hago, tiene un mínimo de 2 Mb. La nostalgia empezó por estas cifras, al ver que mi Mac no tardaba ni 1 minuto en copiar una carpeta. Luego entré en materia, y empecé a ver algunas fotos. Amores que pasaron a la categoria de la amistad, personas queridas que ya no están, viajes y lugares que fueron vistos y visitados... ¿Y cómo no tener nostalgia?

Decidí entonces parar de guardar fotos por esa noche. Me fui al balcón donde lloviznaba. Si creen que la lluvia invita a la melancolía se equivocan: tres gotas en el cogote me recuperaron de mi hastío romanticón, me metí en casa, vi que ya eran las 4 de la mañana, y decidí dormirme dejando a la nostalgia empapándose en la lluvia del balcón.

PS: ni un solo enlace en el post, ni una sola foto, mis queridos 14 lectores...autotirón de orejas. El sábado parto al corazón de Europa. Luego me espera París...pondré los dientes largos por estos foros...

domingo, 7 de junio de 2009

Elecciones

Repitamos muchas veces la palabra "elecciones": elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, elecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erecciones, erupciones, erupciones, erupciones, erupciones, erupciones, erupciones, erupciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones, elocuciones.... y paro.

sábado, 6 de junio de 2009

Jornada de reflexión

ἰδιώτης: idiota. Persona que vive en una isla (aislado), ajeno a la política.

martes, 2 de junio de 2009

Carteles: Petó

Petar:

1.- (Del cat. petar, peer).

1. intr. coloq. agradar (complacer).

2.- (Cf. petar1).

1. intr. Gal. y León. Golpear en el suelo, llamar a la puerta.


Cartel visto en un local nocturno madrileño. El escribano no parecía ser miembro de la Academia, aunque yo petar lo entiendo más en el sentido dado por el cartelista.

jueves, 28 de mayo de 2009

Breve teoría de las llaves

Vaya por delante que esta teoría no es mía. Se la escuché a un tío mio, que vive en Salamanca, dato menor, por otra parte para la exposición de la misma.

La teoría mide el éxito mediante la evolución del número de llaves que uno lleva encima en distintas etapas de su vida.

Venimos en bolas al mundo, y sin llave alguna. La primera que te puede caer es la de un joyero (versión femenina) o una caja de metal (versión más masculina) para guardar ajuares / ahorrillos que uno acumula. La siguiente que te cae es las llaves de casa: los padres ya te ven responsable como para que vuelvas solo a casa y te abras tu solito la puerta.

El siguiente paso, hacerse con la llave de una moto, de un coche. Luego viene el piso, primero de alquiler, y luego casa propia. Rondas los cuarenta y tienes llaves de casa, llaves del coche, y puede que hasta llaves de un despacho donde trabajas. ¿Una llave más? Ganas pasta, mucho éxito, es hora de comprarse una casa en la playa.

Has llegado al tope de las llaves a los 45-50 años. Pero te pueden ir aún mejor. Si sigues teniendo éxito profesional y el dinero entra a raudales (esto no es ni mucho menos sinónimo) ahora te empiezas a deshacer de las llaves: tienes chófer, fuera la llaves del auto; tienes servicio en casa, a lo mejor hasta mayordomo...¿para qué llevar las llaves de casa? Así que de cuantas más llaves te deshagas a los 60 años mejor te habrá ido.

Aunque ojo, puede pasar todo lo contrario: que las cosas te vayan muy mal, no puedas pagar la hipoteca, y te vayan quitando las llaves hasta de la caja de metal donde guardabas los ahorrillos de chaval; por eso es importante que tu puedas prescindir de las llaves, y no que te las sacudan.

Yo veo mi llavero. A esta altura (la mitad del recorrido de la teoría), no tengo ninguna llave que abra ninguna cosa en propiedad.

domingo, 24 de mayo de 2009

Florentino no me quiere

Respira a esta hora tranquilo Yomime: Florentino no me ha hecho ninguna oferta. Yomime andaba preocupado, porque sabía que no había contraoferta posible, pese a ser del Atlético, pero saben que todo el mundo tiene un precio, y además es mejor minar al Real Madrid desde dentro... Otra cosa es que Marca sepa escribir mi nombre.

martes, 19 de mayo de 2009

Las culturas del té

Té de día, de noche, y también entre medias: hay sociedades que viven bebiendo té. Es su combustible. Hay un factor importante: es barato.

Yo estoy más cerca de James Bond, que en la novela Goldfinger (para conocer al personaje mejor abordar las novelas de Ian Fleming) calificaba el té como barro, e insistía a una secretaria (o camarera, no lo recuerdo bien) que le trajera una buena taza de café en vez de té. Y eso que Bond, James Bond, es británico, y los británicos toman el té a las cinco.

Hubo guerras por el té. Basta recordar el motín del té en lo que hoy es Estados Unidos, y que por aquel entonces estaba sometido a Gran Bretaña, que decidió poner impuestos a toda importación, incluído el té. Los hijos de la libertad (que Gran Bretaña considerará unos aunténticos terroristas) se estrenaron aquel martes 16 de diciembre de 1773 disfranzándose de indios y subiéndose a un carguero que estaba atracado en el puerto de Bostón. No rompieron nada, ni hirieron a nadie, y tampoco robaron ninguna mercancía. Solo les interesaba el té: cogieron las 45 toneladas que había a bordo y las arrojaron al Atlántico ¡Menudo espectáculo! Imagínense como quedaron las costas: en lugar de chapapote, hojas de té.

Las culturas del té son un peñazo supino. Miren, con todos los respetos, la ceremonia del té japonés. Para poner un té en una taza se "requiere años de práctica y aprendizaje". ¡Anda ya! Llenas la taza de agua, la metes minuto y medio en el microhondas a toda pastilla, sumerges el saquito en el agua, y a correr.

En otras, se creen que siempre hay un hueco para un té. Si han estado en algún bazar de Marruecos y el dueño ha visto el atisbo de negocio no duden que les ofrecerá un té; si tienen suerte y les invitan a una casa, del té no se libran: es sinónimo de hospitalidad.Y muchas veces, a tí el té no te apetece, y punto pelota, pero hay que poner buena cara, y bebérselo caliente, aunque estemos en un bochornoso agosto. "El té quita la sed", te dicen mientras te quemas. Pero ya saben: educación y a beber el té.

Afganistán pertenece también a esos paíes teizados. A esta prueba me remito:


Fíjense que el soldado yanqui está en situación de ataque, con su fusil preparado. El afgano le ofrece una taza de lo que parece ser té. El soldado se dispone a coger el supuesto té con la mano cubierta con un guante. Error: como no va a notar el calor el soldado se va a quemar nada más metérselo en la boca.

Más. Mirén atrás: el sengundo soldado contempla la escena. Ve al hombre con una segunda presumida taza de té en la otra mano, y sabe que no se va a librar del bochornoso brebaje. "¡Qué estamos a 40 grados!", debe de estar pensando anhelando una Coke o un Bud bien fría.

Y ahora viene lo de explicar lo de "supuesto té". Es una teoría no confirmada sobre esta foto. Yo creo que este buen hombre está hasta los cojones de los yanquis y se ha meado en las tazas. No es nada personal, pero entiendan que tener a unos disparando todo el día al lado de casa no es nada agradable.

PS: Yomime, máximo accionista de este blog, no está muy contento con mi vuelta. Dice que las estadísticas siguen atascadas en los 14 lectores, y que esto no es negocio. Además sostiene que soy yo mismo quien va de un ordenador a otro hasta alcanzar esa cifra, para que el siga manteniendo el chiringuito. También dice que no comenta nadie, y que debería meter o contenidos de alta calidad, o contenidos polémicos y erotismo a raudales, porque con 14 lectores no vamos a ningún lado. Yo me resisto...

viernes, 15 de mayo de 2009

Algo en común

Quevedo, Aznar, Almudena Grandes, Largo Caballero, Carlos III, Ana Belén, La Beltraneja, José Ortega y Gasset, Antoñete, Javier Marías, el cardenal Cisneros, Fernando Trueba, Javier Basilio, Fernando Chueca, Ouka Lele, Ághata Ruiz de la Prada, Dámaso Alonso, Forges, Jardiel Poncela, Alberto Ruiz-Gallardón...

Todos estos tiene una cosa en común: nacieron en Madrid. Vistos algunos nombres, nacer en la Villa y Corte no garantiza que uno sea buena persona, ni que se vaya a granjear la admiración de todos sus convecinos.

Felicidades a todos aquellos que nacieron en Madrid, pero también a todos aquellos que la consideramos casi como nuestra, si es que Madrid puede ser al final de alguien. Hoy, día de San Isidro, sacaré otro año más mi parpusa.

jueves, 14 de mayo de 2009

Tetas al aire

-- En el spa había hoy una tía haciendo topless.

-- ¡Qué fuerte! Ya no hay respeto por nada. ¿Y tú que has hecho?

-- ¿Yo? Mirar...

miércoles, 13 de mayo de 2009

En panne

"Mon avion est tombé en panne", venía a decirle al Principito Saint-Exupery. Tomber en panne es una expresión que aprendí con ese libro. Muy francesa. Ellos no puede decir 'el coche se me ha estropeado'. Tiene que decir "en panne". Que es estropeado, sí, pero que suena como con más categoría. Creo que no me explico, que me he hecho un lío tremendo, pero da igual.

Amy Stein es una fotógrafa estadounidense que en 2005 cogió su coche durante dos semanas y fue buscando por las carreteras de su país gente que se había quedado tirada en medio de la carretera. Llamó a la serie Stranded (tirados). Ella dice que se inspiró en el hecho de la falta de asistencia gubernamental tras el huracán Katrina, y que los conductores tirados en medio de la carretera son un metáfora de esa falta de asistencia. Tiene sentido: cuándo te quedas tirada en medio de una carretera, o eres rico y tienes grúa de esas que vienen al llamarla, o te tienes que sacar tu mismo las castañas del mismo. Como algunos gobiernos.

Imagínate que estás arreglando tu coche y aparece una tía con una cámara a hacerte fotos.

Y todo esto es para preguntaros, mis queridos pero reconozco que mal atendidos 14 lectores, si se os ocurre una serie de fotografía que hacer, que me ha dado por allí. Eso sí, le presupuesto tiende a cero y no puede permitirme dos semanas para ir a buscar a gente tirada por la carretera. De momento podéis ver la serie que he hecho a mis camisas. Y no, no es un catálogo de Zara y tampoco he montado un bazar.

viernes, 1 de mayo de 2009

Estornudo

En la calle Fuencarral, Madrid, 23.06 de la noche. Una pareja transita, en medio de las obras que hacen que la cera se estreche. Chocan con una mujer que tose en ese preciso momento.

-- !Eyyyy! ¡Esa me ha tosido en la cara! ¿Tú crees que me habrá contagiado la gripe porcina?

-- Seguro. Tenía una cara de cerda que no podía con ella.

viernes, 24 de abril de 2009

A reirse

Es el mejor corto de humor que he visto en años: un diálogo entre dos sevillanos.



Esta obra de arte es de Mundoficción, con un canal en Youtube desternillante.

Vía | por la autora de Por Bloguerías.

PS: en el siguiente post explicaré porqué he estado un mes sin publicar nada de nada.

jueves, 12 de marzo de 2009

El ABC útil

Escenario:

Dos señoras a la puerta de un comercio dedicado a hacer caros marcos. Laca en el pelo, perlas, y demás señas que configuran su estatus.


Diálogo:

-- Pues no tengo ni idea de cuándo será el funeral.

-- Habrá que verlo en el ABC. Yo sólo lo compro por las esquelas.

Paja mental:

He conocido a varias personas que empezaba a leer el periódico por las esquelas. Alegría, alegría, alegría. Yo alguna vez me he entretenido en ver qué edad tenía la persona más vieja en morir, y la más joven, en el listado que publica la prensa escrita.

Sé que si me muero trabajando en un periódico, me dedicarán los compañeros una esquela. Que menos. Para un obituario tienes que haber hecho muchas cosas, como para rellenar media columnita. De momento, no es el caso.

martes, 10 de marzo de 2009

Un toro en Nueva York

Corría el mes de diciembre de 1989. Un toro de 3.500 kilos, hecho de bronce, fue plantado literalmente frente a la bolsa de NY. El artista era un tal Arturo Di Modica, de origen siciliano, al que nadie le había encargado hacer un astado de 3.500 kilos. EE UU salía de un mini crash de la bolsa, que sacudió los mercados dos años antes; con la obra, el italiano quería mostrar que EE UU era tan fuerte como un toro. 

Se gastó unos 350.000 dólares de la época y de su bolsillo para plantarlo, sin que nadie se lo encargara, frente de Wall Street, una calle que tu te imaginas enorme, y que es más pequeña que cualquier callejón de la Malasaña madrileña. Toda una decepción.

Todo español cuando llega al toro de Wall Street se pone a hacer el San Fermín. La foto es de Rosa J.C

A la peña le gustó tanto el torito que el ayuntamiento decidió trasladarlo una calle paralela, un poco más larga y un poco más ancha: Broadway.

Cuando fui a NY, en 2005, no me sabía la historia de la estatua. Se la leí a Enric Gonzalez en Historías de Nueva York. Dicen que tienes que tocarle los testículos al animar para tener suerte; yo no lo hice. Es mi excusa para volver a NY: tocarle los huevos al toro.

PS: Post dedicado a uno de los 14 lectores que se va una temporadita a vivir a China. 

jueves, 5 de marzo de 2009

Un buen culo

Recibí hace unos días una nota de prensa de La Fábrica. En España son los que más están haciendo por la fotografía. Llevan 10 años haciendo Photobolsillo, una colección de libros en pequeño formato con la obra de los imprescindibles fotógrafos españoles. Se inventaron ese acontecimiento anual que se llama PhotoEspaña, y del que soy un incondicional espectador. Esa nota -- confieso que son los únicos que me alegro siempre de que me mandan sus novedades -- estaba ilustrada por esta fotografía de Isabel Muñoz.


Es una fotografía increíble de la parte trasera de una mujer, o al menos lo que aparenta ser una mujer. La imagen se mueve, por el contorneo de las caderas. Ayuda el entramado del vestido, y lo estrecho del pasillo, que parece hacerse grande en el desfile de izquierda a derecha de las caderas. No sé cómo es la modelo. Un buen culo no tiene porque acompañar a una bonita cara, y viceversa.

Tampoco le quitemos el mérito artístico a la fotógrafa, una de las grandes de éste país. Es posible que ese mismo culo en el objetivo de otro hubiera quedado desperdiciado en lo anecdótico de un buen culo.

Y era eso, solo, eso mis queridos 14 lectores. Quería compartir con vosotros un buen culo, artísticamente retratado. Por cierto, qué pensáis de los culos, cuál es el mejor culo que habéis visto. No espero de vosotros soecidades. Sois muy refinados todos.

PS: Este post va en respuesta a la presión que está ejerciendo sobre mi Yomime. Dice que no vamos a ninguna parte con 14 lectores. Que hay que ganar audiencia como sea. "Pon culos, tetas, insulta a alguien". Yo me he resistido. Hasta ahora. Espero que con éste culo se conforme. Sé que no todo vale. Pero no olvidéis que Yomime es un capitalista, y lo único que quiere es hacer rendir su inversión.

miércoles, 4 de marzo de 2009

Un cualquiera

Dicen que Warhol dijo que en el futuro todo el mundo iba a tener 15 minutos de fama. Y eso que no conocía Internet: un cualquiera cuelga un vídeo, y está a la disposición de la masa. No soy yo tampoco original. Ésta relación lo han hecho antes muchos. Pero cuando he visto a este hombre bailando 100 canciones en 100 sitios distintos, Warhol se me ha personado para decirme la frase que dicen que dijo. 

jueves, 26 de febrero de 2009

Recuerdos, basura

Ésta fotografía la tomé con mi móvil hace poco más de un mes, en una calle de Madrid:

 
Fotografías, negativos, cartas, postales, felicitaciones de cumpleaños infantiles y demás recuerdos en estado físico. Todo ese reguero de intimidad había sido arrojado a un contenedor; luego alguien había rebuscado algo de valor, dejando por la acera como un metro cuadrado de chapopete de melaconía.

Analicemos: Los recuerdos en estado físico son solo una puerta a los verdaderos recuerdos; las fotos, la correspondencia abre esa puerta al recuerdo real, a ese que está metido en la sesera (estudios científicos recientes seguro que pueden señalar en que parte exacta del cerebelo se encuentran).

Desconozco porque alguien tiró esos recuerdos físicos. Pero especulemos: desamor, desagaño, un ataque de celos, unos cuernos, una fuga ("cariño, tenemos que huir, coge lo imprescindible y lo demás tíralo a la basura"), un inquilino nuevo de un piso de alquilar cuyos anteriores ocupantes fueron puestos en la puta calle porque llevaban cinco meses sin pagar y las amenazas de un matón les hicieron dejar hasta las fotos...

Yo sospecho que tiene algo que ver con el c'est fini de toda la vida. Lo dejamos, cariño; quizá en una versión más dura: ya no te quiero, he conocido a otro/a, no aguanto más tus impertinencias, ya lo decía mi madre que una chica/o como tu solo me podía dar problemas, cariño, me he dado cuenta de que me gustan las mujeres/los hombres... Y la parte que se queda compuesta y sin la contraparte. Así que decide hacer algo: tirar a la basura todo lo que le recuerde a quien le ha abandonado. No funciona: alejar los recuerdos físicos no sirven de casi nada. "El esfuerzo de olvidar supone un continúo recuerdo", le escuché decir a Torres Mora en una conferencia. "Se me olvidó que te olvidé", dice un bolero. Hagan la prueba cuando intenten olvidar a alguien: por mucho que hagan trabajar a los barrenderos, el recuerdo queda allí.

Queda una crítica a este -a amante despechado: entendemos que estés jodido-a porque te has quedado con el corazón hecho trizas, que crees que todas las mujeres - hombres son iguales, y que no piensas volver a probar ese veneno que es el amor. Pero no jodas al resto: el papel, aunque esté lleno de recuerdos, hay que tirarlo en el contenedor adecuado: ¡recicla, coño!

martes, 17 de febrero de 2009

Los últimos bombones

Hay una frase mítica del cine que siempre me ha parecido una soberana gilipollez: "Mama siempre decía que la vida es como una caja de bombones, nunca sabes cual te va a tocar"Quién la decía era Forest Gump".
Enfrentarse a una caja de bombones es enfrentarse a la elección. La apariencia juega mucho; también que le ha metido dentro del "maestro chocolatero". ¿Café? No, gracías; ¿licor? supone asesinar al chocolate; ¿Con frutas dentro? Eso es una porquería, y los peores los mon chéri.




Hagan el experimento, mis queridos 14 lectores. La próxima vez que les regalen una caja de bombones o quieran contribuir a su diabetes latente -- que no diabetis -- comprándose una cajita, con la excusa de que el chocolate levanta el ánimo, comprueben que siempre, al final, quedan unos cuantos, los que nadie quiere desea hasta que no les queda otra.

Queda demostrados, pues, que la santa madre de Forest Gump no tenía razón, o el chaval no se explicaba bien: si la vida es una caja de bombones, todo el mundo intenta evitar lo que no quiere...pero al final hay que terminarse el puto bombón relleno de fruta...

miércoles, 11 de febrero de 2009

El también lo haría

Había un anuncio protagonizado por un perro que abandonaban en una cuneta que provocó la lágrima de más de un niño. El final del melodrama condesado en un spot de 30 segundos se leía un lema: "Él no lo haría".

Pues yo creo que éste perro, si hubiese podido, habría dejado a sus dueños encerrados en el coche y para ir a zamparse la mejor pizza del mundo:



Aunque hay que reconocer una cosa: el cabrón sabe poner cara de pena.

lunes, 9 de febrero de 2009

Gilipollas, cara de gilipollas, gilipollez

Gilipollas: dícese del conductor de metro que cuando ve llegar a un pasajero corriendo al aviso del cierre de puertas, decide cerrárselaa en sus narices, esboza una sonrisa y emprende la marcha dejando al pasajero en el andén.

Cara de gilipollas: dícese del gesto que se le queda al pasajero tras correr 25 metros en dirección del metro que está en el andén y ve como el conductor cierra la puerta en sus narices, esboza una sonrisa, emprede la marcha dejándole en el andén y ve como el siguiente tren no llegará hasta dentro de 7 minutos.

Gilipollez: dícese de la carrera que se echa el pasajero cuando oye que un metro está en el andén y sabe que lo único que va lograr es que un conductor gilipollas le cierre la puerta en sus narices, esboce una sonrisa y empranda la marcha dejándole en tierra.

PS: No son todos, pero hay algunos conductores del Metro de Madrid que te ven que llegas y cierran la puerta en tus narices. Éste post esta dedicado a ellos, pero también a los pasajeros que como yo hacen la gilipollez de echar la carrera, como si ese fuera el último tren.

martes, 3 de febrero de 2009

Tres euros

Tres euros cuesta una revista mensual; con tres euros te puedes comprar un champú de los buenos, o una colonia olor a lavanda para después de la ducha; tres euros viene a costar 120 gramos de nueces; tres euros es lo que te pueden cobrar por un caña, una bebida, en la plaza mayor. Hoy con tres euros te puedes comprar un par de acciones de una constructora que hace dos años era la leche. Tres euros es lo que me costó un paraguas.

Llovía; mucho; era imposible no mojarse, no llegar empapado. Me había dejado mi buen paraguas en casa, y volver a por él me haría llegar tarde, una opción descartada cuando has quedado con una chica a la que quieres camelar y a la que dejas que te camele; ahora no recuerdo si era la primera cita -- soy un clásico, siempre opto por el cine --; pero desde luego, no podía llegar ni tarde al cine ni tampoco empapado. Así que entré en un chino; en verdad no era un chino: costaba lo mismo que un establecimiento de chinos, pero no estaba regentado por chinos; vaya, "el todo a 100"de siempre, pero con aire más pijo. Tenían paraguas de todos los tipos: compactos, infantiles, de bastón, transparentes, enormes...Un buen elenco.

Los había de todos los precios. En un paragüero improvisado -- una cilindro de metal con un personaje infantiloide dibujado que fue concebido como papelera -- tenían unos paraguas negros. Estaban de oferta. Hubo un día en el que costaron cinco euros, cifra tachada y sustituida por un tres. Eran grandes, como los que usan los golfistas. Los paraguas de golfistas son los monovolúmenes de su género: debajo cabe toda una familia. Me llevé la mano al bolsillo de mi pantalón. Tenía justo los tres euros. Lo recuerdo porque eso fue lo que me hizo decidirme por un paraguas tan enorme como endeble y barato. Sabía que no me iba a durar mucho, pero era un apaño para llegar más o menos seco y en punto a la cita.

"¿Te gusta mi paraguas?", le pregunté a ella nada más verla, ya saben, para ponerla a prueba; "Si, está muy bien, es muy grande", me dijo; "Cabemos los dos", le dije, y así empezó el camelo, otra historia que no viene a éste cuento.

No terminó de llover en toda la noche, y el paraguas de tres euros vino muy bien en el transcurso del cine al restaurante, del restaurante al Pepe Botella, y del Botella a esperar pasar tres búhos. No teníamos prisa en que ella se subiera al autobús.

Cuando llegué a casa serían las cuatro de la madrugada. En mi portal se refugiaba de la tromba una chica. Era muy guapa. Ahora la asocio a la viva imagen de Vanesa Paradis, ese estilo de mujer muñeca que impacta, que te deja embobado. Vestía un vestido negro, no sé si era corto, largo, pero me gustó. Hablaba con su chico. No sé porque me hice a la idea de que era su chico. Podía estar hablando con su hermana, con su primo, o con el chófer de papá. Pero yo me hice a la idea de que era su chico, y su chico es. "Estoy en la calle Viriato, en un portal", pude llegar a oír mientras me acercaba. Salío y mojándose un poco más, leyó el número. Le hice un gesto cordial -- tal vez baboso, recuerden que era algo parecido a Vanessa Paradis, y la salivación se impone -- para que me dejara entrar. Sonrió, y se retiró a un lado para que yo pudiera abrir la primera puerta de la fortaleza.

No me di la vuelta hasta que no llegué a la puerta de cristal y madera. Entonces le pregunté que si quería esperar dentro del soportal. "No, no gracias, vienen a buscarme enseguida". No insistí. Pero fui hasta la puerta para tenderle por la rendija el paraguas. "Cuando vengan a por tí tíralo dentro, mañana lo recupero". Ella sonrió. "Gracias", y lo aceptó. "¿Como te llamas?"; "Moeh"; "¿Cómo el de los simpson?"; "Si", "Gracias Mou", y sonrisa.

El paraguas no lo recuperé yo; fue mi portero. "Te han dejado el paraguas y una nota", me dijo. Estaba escrita en un parte de accidentes de coche, de esos que todo el mundo lleva en la guantera junto a los recibos de los seguros y demás documentación del coche: "Gracias Mou por evitar que me coja un catarro. Besos, Carmen".

No volví a saber nada de Carmen. El paraguas siguió conmigo una larga temporada. Casí no lo usé. Tenía otro mejor, más pequeño. El paraguas monovolumen lo usaron mis amigos cuando venían a casa y les sorprendía la lluvia; lo usó mi hermana un par de veces; nunca esperaba su reintegro, pero siempre me lo devolvían. Creo que no le merecía a nadie quedarse con un paraguas endeble de tres euros.

Habló de él en pasado. Su final empezó cuando me dejé el paraguas titular en un vagón del AVE a Toledo. Desde entonces, en esta semana, he tenido que usar el monovolumen. Últimamente su ubicación se encontraba en el interior de un jarón largo que tengo a la entrada. El jarón es tan largo que, como si fuera una boa y el paraguas un ratón, se lo tragaba. De allí lo saqué para siempre, porque ayer ya volví sin él.

El domingo, el paraguas monovolumen pero endeble de tres euros fue perdiendo piezas por el metro cuando volvía tarde de trabajar juntando letras. Me trajo hasta casa. Supe que pedirle otra misión era una heroicidad para él. Sin embargo ayer insistí. No llegó ni a los 20 metros. Pero supo morir. Lo hizo cuando no llovía fuerte, solo unas gotas esporádicas. Y se deshizo entero, a la altura de un contenedor de obras. Intenté recomponerlo. No hubo manera. Miré al contenedor y lo deposité dentro. Allí terminó.

Hoy llueve en Madrid. No tengo paraguas. Ni bueno, ni malo. He decidido comprarme uno de calidad mediana. Quizá algún día me lo deje en casa y tenga que comprarme otro monovolumen de tres euros, en el que quepan dos cómodamente, sea la salvación para una chica de belleza angelical, y refugio para familiares y amigos en caso de olvido o lluvia sorpresiva...aunque las historias, no se suelen repetir, y menos por tres euros.

martes, 27 de enero de 2009

Instantes: Toledo

Comienzo una serie nueva de post. Sí, otra. A ver cuando dura. En ella pondré vídeos con breves momentos de los lugares que vaya visitando. Intentaré que sea siempre breve y con sonido directo.

Para ésta primera entrega contamos con dos minutos en la ciudad de Toledo. Es una secuencia fija frente a la Catedral. La ciudad digamos que no me gustó tanto como me esperaba. Pero le daremos otra oportunidad: estaba todo cerrado por la festividad de su patrón y hacía un viento considerable, lo que en conjunto le daba un aire desangelado. Los edificios tienen ese aire que rezuma historia.

Disfruten -- o no, es un poco coñazo -- de estos dos minutos.


Dos minutos en Toledo from Moeh Atitar de la Fuente on Vimeo.

sábado, 24 de enero de 2009

Obama con féz

Todo llega: tenía que hablar aquí de Obama. Seré breve. Sólo voy a poner una imagen que he visto por el facebook:


Para más información sobre éste sombrero acudan a la wikipedia. Siendo originario de Bizanio, acabó tomando el nombre de la ciudad de Marruecos, quizá porque era muy buenos haciéndolos allí, o mera casualidad... Siendo un sombrero bonito, a pocos les sienta bien. Obama no es una excepción.

Por cierto...yo tenía uno...no sé donde anda, ni creo que me quepa...

lunes, 19 de enero de 2009

10 segundos

Se llama Elías, nació el sábado 17 y es mi sobrino.

martes, 13 de enero de 2009

300 entradas

Iba a recomendar un vídeo con el que me he reído mucho: Will Smith cantando Torito Bravo en el hormiguero, hoy lo segundo más visto en ELPAÍS.com. Iba a ponerme en plan Proust y acordarme de cuando llegaba del colegio a Tánger, y me ponía a ver en Antena 3 'El Príncipe de Bel Air'

Pero me ha dado un repelús (temor indefinido o repugnancia que inspira algo) pensar que iba a escribir la entrada 300 de este blog. Me he ido corriendo a mi primer post, y me ha dado la risa. No he seguido. Esto de mirar para atrás tiene siempre una dosis de risa y otra de vergüenza, como cuando viene una novia a casa y pasas a toda prisa las fotos en las que sales en bola picada cuando tenías pocos años -- aunque no es mi caso, porque siempre he posado vestido --.

300 post, en 37 meses, sale más o menos a 8 post por mes. En 2008 me he tocado las narices, y he bajado a 63 post en todo el año. Y ya no aburro más con números.

"¿300 entradas y vas a hablar de torito bravo cantado por Will Smith?", me ha dicho Yomime, mi jefe en éste blog. "A este paso espantas a los 14 lectores", insistía. Pero no le he hecho ni caso a Yomime. Con ustedes, Will Smith y el Torito Bravo:



PS: Mis queridos 14 lectores. En breve os anunciaré en primicia una exclusiva. Espero estéis atentos a vuestra pantallas y dispositivos móviles, que seguro que entre vosotros hay más de un con iphone.

lunes, 12 de enero de 2009

Insomnio dominical

Se queja Tomaktoma de lo poco que escribo en éste foro. Razón no le falta. Puedo prometer y prometo que a éste respecto no pienso prometer nada. Que luego me como las promesas.

Hace tres minutos estaba ya en la cama. Pese a que mañana no hay que madrugar -- estoy de largas vacaciones -- pensé en irme a dormir pronto: la 1.45. Sin éxito. Sólo porque es domingo, y yomime no duerme los domingos. Ojos abiertos como platos. De fondo, el programa de toros de la SER, que en muchas ocasiones ha servido de buen somnífero. Hoy parece que no. Así que me he acordado de Tomaktoma y he decidido: voy a darles el coñazo a mis 14 lectores con esto de que los domingos no duermo, a ver si duermo.

Siempre, decía, ha sido así: el domingo no es un día en el que me logre dormir a voluntad. Da igual que me acueste a las 22 (poco plausible, soy de la opinión de que quien se acuesta a la par que las gallinas tiene un serio problema, que le hace más cercano a las aves), a las 0 (es una hora que me gusta, porque al día siguiente haces el cálculo fácil de cuantas horas has dormirdo), a las 3...da igual. Es domingo y me tengo que ganar siempre el sueño.

Nunca he sufrido de insomnio el resto de la semana. Bueno, salvo un año en que me dio por no poder dormir más de 4 horas al día. Como vino el estado de insomnio, se fue. Eso sí, los domingos nones.

En mi casa, en mi familia, es importante analizar como duerme uno. La primera conversación del día gira entorno a eso. "Hoy no he dormido nada", suele ser el titular en boca de casí todos. Da igual que los ronquidos que llegan desde los distintos pasillos lo desmienta. "Hoy he dormido como un niño, hacía años que no dormía", opción remota, pero que es recibido por el resto con reacciones como "lo necesitabas", "eso es que tu cuerpo ha dicho basta" o "por fin te has relajado". Otro mantra lleno de razón que resuena en los desayunos es éste: "El insomnio solo lo entiende quien lo sufre". Yo no soy mero espectador en todo esto, y deslizo también mi informe de sueño con bostezos, con siestas anunciadas, que fuerza la pregunta: "¿has dormido mal?". Y entonces, rienda suelta...

Lo importante: ¿Por qué no duermo de entrada los domingos, como los lunes, los viernes o los miércoles? Dirán algunos que es porqué tengo la preocupación de empezar la semana laboral. Bien, pero esta hipótesis se cae porque los domingos vacacionales como éste, aquí me ven escribiendo sobre mi sufrimiento de los domingos. Además yo últimamente los domingos son víspera de mi fin de semana, ya que el lunes veo como la gente inicia su actividad mientras yo mato a la mía.

Otra hipótesis: es porque el sábado has dormido muy bien. Se cae. Ha habido sábados en los que dormir no estaba en los planes, y llegaba Don Domingo, y nada: a escuchar el programa de los toros a ver si los cuernos me daban por desconectar.

Pero éste insomnio es distinto a otros. El insomnio dominguero me lo tomo con resignación, y con un punto de humor. Me dedico en la oscuridad de mi cuarto -- que bonito me ha quedado esta frase -- a hacer ejercicios de poner la mente en blanco y entonces no paro de pensar en cosas, en pensar el argumento de una novela... y últimamente se pasa por la cabeza un reto: escribir la biografía definitiva de Belén Esteban. Creo que puedo llenar 40 páginas sin mencionar a Jesulín.

Son ya las 2.24, y éste servidor se va a intentar dormir... ¿Y una biografía de Paquirrín?

jueves, 1 de enero de 2009

Esto no merece ni que lo titule

"Rutinas festivas": ese iba a ser el título del post para despotricar contra esta época festiva. Qué original: sacarle la punta negativa a estos días de asueto forzoso. Paso.

Otra opción que barajé fue publicar los propósitos para éste año 2009. Haciendo hueco a más libros -- tener cerca de 500 libros, en dos estanterías, es la forma más real que yo conozco de jugar al Tetris -- se me ocurrió hacer una lista de libros que aún tengo que leer y que del año 2009 no puedo pasar. Luego me pareció patético tener que agarrarte a los propósitos puestos en un papel, que sabes que no vas a cumplir. Y más patético compartirlo con otros, aunque sean 14 lectores, algunos de ellos con resaca.

También iba a compartir con vosotros, mis queridos 14 lectores, un nuevo proyecto en el que solo me he puesto de boquilla: un fotoblog (moeh.es) . Pero me parece aburrir mucho al personal.

¿Concierto de año nuevo y lo bien que lo ha hecho Barenboim? Un autre déjà vu...

Deciros que acabo de terminar Lolita de Nabokov, y que bueno, no está mal, muy bien escrito, pero que no me lo llevaría a una isla desierta, y que me queda pendiente la película de Kubrick... pero no me apetece...

A veces no sé qué leches contar por aquí y si realmente le interesan a alguien...Bueno, allí queda, por lo menos es gratis, y al que no le interese, no le divierta, que no lo lea...C' est facile...

Bueno, mis queridos 14 lectores, os deseo, todo lo mejor para el 2009, y esto también tiene su aquel de déjà vu. Por cierto, yo no recuerdo un año con las expectativas tan bajas...pero solo llevo 27.