La fotografía fue tomada en el paseo de la Castellana, en Madrid, después de la victoria de la selección española de Fútbol frente a Rusia, que supuso el pase a la final de la Eurocopa. Si la publico ahora, aquí, justo el día de la final, es por dos motivos: primero porqué me lo ha pedido mi madre; y segundo porqué no se me ocurre qué escribir, como ya ha pasado en ocasiones anteriores.
Por cierto, me tocará ver el partido, al menos hasta las 22, en la redacción, como en los penaltíes contra Italia. Y es distinto, pero los goles, algunos, los gritan igual.