Los sábados y domingos no son si no hay Carrusel Deportivo. Cuando medía 10 centímetros menos y calzaba una o dos tallas por debajo en mis píes, era un adicto a éste programa. De esta manera podía entablar conversación el lunes con mis amigos, ya que solo hablaban de fútbol. El complemento perfecto era "A Día Después", como lo llamaba un amigo tangerino que me daba la brasa los martes con el contenido del programa.
Poco a poco me fui desentendiendo del futbol; creo que fue por COU cuando vi que nunca me había gustado, que no me llamaba la atención. Me convertí en un rara avis que prefería quedar para otras cosas que ver un partido de fútbol en un cafetín atestados de Hoolingans promadridistas o probarcelonistas, igual de descelebrados, pero insultando en árabe. Por cierto, durante un Real Madrid - Barça, murió una persona en los altercados posteriores, y la policía tuvo que emplearse a fondo. Fue una excepción, pero sucedió.
Sin embargo, no dejé de escuchar el Carrusel, pero reducido al sábado, en sus dos primeras horas; horas que siguen siendo de risa y cachondeo, que aprovechas para enterarte de algo. El retratito, el purito, el tractor y las pipas facundo junto a una rubia, fresquita, Coronita cierran las tardes de risa, entorno al deporte como excusa.
Acabo de apagar la radio, porque el domingo no es lo mismo; más pesados, más concentrados en el fútbol. Dentro de un rato, como un tic, volveré a encender la radio por unos minutos. Mientras, escucho gracias a Internet los trocitos de programa que más me gustan de la Ventana, entre ellos los consejos literarios de la atlética Almudena Grandes.
Una tarde más de domingo.
Poco a poco me fui desentendiendo del futbol; creo que fue por COU cuando vi que nunca me había gustado, que no me llamaba la atención. Me convertí en un rara avis que prefería quedar para otras cosas que ver un partido de fútbol en un cafetín atestados de Hoolingans promadridistas o probarcelonistas, igual de descelebrados, pero insultando en árabe. Por cierto, durante un Real Madrid - Barça, murió una persona en los altercados posteriores, y la policía tuvo que emplearse a fondo. Fue una excepción, pero sucedió.
Sin embargo, no dejé de escuchar el Carrusel, pero reducido al sábado, en sus dos primeras horas; horas que siguen siendo de risa y cachondeo, que aprovechas para enterarte de algo. El retratito, el purito, el tractor y las pipas facundo junto a una rubia, fresquita, Coronita cierran las tardes de risa, entorno al deporte como excusa.
Acabo de apagar la radio, porque el domingo no es lo mismo; más pesados, más concentrados en el fútbol. Dentro de un rato, como un tic, volveré a encender la radio por unos minutos. Mientras, escucho gracias a Internet los trocitos de programa que más me gustan de la Ventana, entre ellos los consejos literarios de la atlética Almudena Grandes.
Una tarde más de domingo.