miércoles, 1 de noviembre de 2006

Rutina

Llevaba una vida normalmente rutinaria. Las mismas cosas a las mismas horas. De 9 a 15 horas trabajaba en el estudio de arquitectura sostenible que había montado con su amigo Pau, nada más terminar la carrera. “Con esto de la construcción ecológica nos forramos”. De momento no se estaba forrando, pero podían vivir holgadamente.
En su rutina, hacía con su Vespa el mismo recorrido todas las mañanas, de casa al trabajo, y del trabajo a casa. Vivía solo, tras el fracaso de convivir seis meses con una loca novia que era modelo de manos. Comía, se tomaba la siesta de Dalí al tiempo con el Tomate de fondo, insuperable somnífero para la costumbre tan española. Después, en su rutina, se ponía a navegar, a repasar sus fotos, y a escribir en un blog anónimo que le constaba nadie leía.
La rutina le guardaba todos los días el momento que siempre esperaba: ir a nadar 2 horas largas en la piscina, de 19 a 21, que le permitía estar cuadrado – que no hinchado de músculos - y comer como si fuera dos. Llevaba nadando desde su etapa en el líquido amniótico, y solo se decidió por la Arquitectura cuando le llamaron para ir a una escuela de alto rendimiento: pensó que se convertía la natación en su profesión, cualquier día le dejaría de gustar.
La piscina estaba al lado de su casa; llevaba yendo al mismo charco desde hacía dos años, llena de amateurs no se respetaba mucho la etiqueta y las normas mínmas. Siempre el mismo recorrido rutinario: a las 18.50, minuto arriba, minuto abajo, pasaba por una boutique de bolsos. A decir verdad nunca se había detenido en el escaparte hasta que un día vio como la dependiente fumaba en la puerta, justo el día en el que la ley antitabaco empezó a imponerse sobre los pulmones de los fumadores.”¡Bendita ley!”, se dijo.
Era guapa, muy guapa, o eso le parecía a él. Morena, de piel blanca, no excesivamente alta, pero alejada de ser un retaco. Le llamó la atención su mirada distraída, perdida, concentrada en el momento placentero pero ansioso al caer la tarde, que solo un fumador sabe valorar, y que solo un fumador necesita.
Ella había pasado a formar parte de su rutina. Todas las tardes la buscaba al pasar por delante de la tienda, y siempre la encontraba. Quería que para ella también fuera parte de su rutina, pero no había conseguido, al parecer, atraer su atracción, concentrada más bien en las chupadas al pitillo.

“Debería entrar un día a la tienda, para comprar algo. ¿Pero qué voy a comprar? Se creerá que es para una novia” se empezó a preguntar. La respuesta le llegó cuando vio en el calendario de la cocina marcado en rojo el 8 de noviembre, cumpleaños de su hermana. “¡Un bolso! Este año le regalo un bolso.”
Y así a las seis y media se plantó en la boutique de bolsos y detrás del mostrador estaba ella. Se decidió por el que ella le recomendó, no el más caro precisamente. “Seguro que a tu hermana le gustará” le tranquilizó ella ante las dudas repetidas en voz alta - “no se si le gustará a mi hermana.”
Mientras lo envolvía en un papel de regalo , ella le dijo la frase que el no esperaba escuchar: "Tu vives por aquo ¿no? Te veo todas las tardes camino del gimnasio." No quiso matizar que no iba al gimnasio sino a la piscina, y supo que él formaba también parte de la rutina de ella.

PS: La foto es de ndanger. Pero para chica guapa de verdad la que sale en esta foto que O.Espiritusanto tiene guardada en su picasa, Retratos y Gentes.

10 comentarios:

Victoria Cáceres dijo...

Precioso

Pimkie dijo...

Estoy de acuerdo con Victoria. Muy bonito. Nos quedamos con las ganas de saber si el chico le contará algún día a la dependienta de la boutique, en una cena a la luz de las velas, si el bolso le gustó a su hermana... ¿Tal vez en el próximo capítulo?

Moeh Atitar de la Fuente dijo...

No...no hay próximo capítulo...es una historia abierta, asi que cada uno imagine por donde van los tiros...
o que si es seguro es que el bolso le gustó a la hermana. A las hermanas siempre les gustan los regalos que les hacemos los hermanos...o disimulan muy bien, vaya...

Pimkie dijo...

Vaya :s La curiosidad me corroe! ¿Tenemos un soltero menos en el mercado? xDDD

Covadonga del Peso dijo...

Intenté publicar un comentario, pero creo que no me dejó :S
Decía que la historia me resulta muy bonita, y que me gusta ese final que le has puesto. :D

Unknown dijo...

Me alegro mucho de que os haya gustado...
Covi, no me digas eso que me enfado y demando a blogger ;-)
Pimkie, no hablo de mi vida privada, porque es muy aburrida y todo lo que aquí aparece suele ser fruto de imaginación...o no...;-)

Victoria Cáceres dijo...

Cuando alguien dice que su vida privada es muy aburrido, se da la paradoja de que suele ser todo lo contrario...

Me alegro de que a tu hermana le gustara el bolso.

Anónimo dijo...

Nunca había visto las cosas de esta manera: va a ser que es bonito formar parte de la rutina de otra persona!!! Gracias.

Moeh Atitar de la Fuente dijo...

De nada...pero no hay bolso ;-)

Anónimo dijo...

Muy bonito! Una historia muy bonita! Me gusta que no hayas cerrado el final...Al fin y al cabo la vida está llena de historias que no se cierran, de pequeños guiños en el camino... Y que siempre sea así...