sábado, 13 de noviembre de 2010

Moeh toma nota: definición de perrear

"Perrear es como bailar la lambada, pero sin pretensiones intelectuales de por medio.

miércoles, 20 de octubre de 2010

Moeh toma nota: la videoconferencia

Conversación entre dos sujetos por Skype:

-- Hoy te veo peor que nunca -- dice ella.

-- Sí, ha sido un día muy duro, de mucho trabajo...pero tampoco para que me veas peor que nunca...

-- No, no. Si me refería a que te veo pixelado por la cámara.

sábado, 9 de octubre de 2010

El alma perdida de mi móvil

Creo que mi Iphone sufre una enfermedad incurable. Todo empezó con este síntoma en forma de recurrente mensaje: "Este dispositivo no permite la carga". Ya saben que estos bichos se les escapa el alma por una ranura que tienen en la parte inferior. Hay que volver a metérsela (el alma) por un cable. Y es cuando le intento devolver su alma cuando me dice que pasa. Ahora está sin alma y parece que no la quiere recuperar.

Y dirán ustedes, mis queridos 14 lectores, pues vaya mierda de post ha elegido este para retomar el blog. Pues sí, que se le va a hacer. Pero lo importante es que vuelvo. Sin prometer nada. Pero vuelvo.

PS: Si, lo del alma del móvil es una cursilería que no veas. Cómo estoy...

jueves, 25 de marzo de 2010

¡Dos más!

Se llaman María y Andriana. En ese orden dicen que nacieron. Nunca me pareció justo que entre gemelos se tuviera que decidir cuál es el mayor, después de haberse aguantado tanto tiempo en un sitio tan confortable como estrecho.

Adriana y María son mis sobrinas, las que han hecho que mi hermano y Barbara se estrenen en esto de ser papás. Les pega. Les irá bien. Lo sabrán hacer. Y por doble.

Como los otros dos, Nora (¿hice yo estas fotos?)y Elías, tendrán su pequeño guiño fotográfico, si se dejan los papás y las nenas.

Aún no sé si son idénticas, pero en cualquier momento nos ponemos a jugar en mi casa a las siete diferencias. Tampoco sé a quién se perecen, porque yo en eso soy muy malo, pero son dos ricuras (queda descartado, por tanto, un parecido razonable con el tío paterno).

PS: Este post también se podía haber titulado: "Uno más, y ya tenemos equipo titular de basket/ futbito". O: "En unos años mi hermano podrá jugar al mus en su casa". O: "Doblo sobrinos" O:"Bienvenidas".

lunes, 15 de marzo de 2010

Dormido

9 de la mañana. Toda la noche editando sin ton ni son. Entro en la farmacia. Pido droga: Gelocatil y cepillo de dientes para viajes y para gente que trabaja fuera con dentífrico incorporado; no sé que coloca más. Pago con tarjeta. La mujer con bata tiene unos 40 años y no destaca por su belleza pero tampoco por su fealdad. Dato importante, por lo que viene: me extiende el papelito para confirmar el pago, y en lugar de estampar mi firma empiezo a escribir mi numero de teléfono. Cuando llevo tres cifras, empiezo a reirme solo y los seises se convierten en un arrepentimiento de firma. 

lunes, 8 de marzo de 2010

Aún queda

Madrid. Autobús de la línea 5. Una pareja de ancianos se suben. Él, primero, con paso firme apoyándose en un bastón. Tiene un ligero bigote, y en la solapa de su abrigo oscuro luce una suerte de condecoración de la guerra civil (bando nacional, un detalle que tampoco hay que elevar a categoría). Ella sube justo después. Él avanza y se sienta al lado mía. Ella se dispone a sentarse en un sitio vacío, individual, en la cabecera del bus. Me doy cuento y le cedo mi sitio. "No te preocupes majo, que prefiero ir aquí", dice ella, con una voz entreñable. Y en esas el hombre, que no había dicho nada y no esperaba yo que dijera nada, suelta: "¡Qué te vengas aquí!". "No", responde ella, "me hace ilusión sentarme aquí". Ilusión: "2. f. Esperanza cuyo cumplimiento parece especialmente atractivo". Él: "¡Te he dicho que vengas aquí!". Ella se levanta, con la cabeza cabizbaja, me mira con casi llorosa, llena de rabia, y me dice: "Quién manda, manda, y quien obedece, obedece".

Los observo. Me imagino su vida. Estoy convencido que el cabrón no sabe ni donde tiene sus calzoncillos, que su mujer ha dedicado la totalidad de esa parte de vida compartida a que semejante capullo viva tan ricamente, y ella viva subyugada a sus gritos y sus mandos. No creo que le haya puesto la mano encima. Tenía pinta de haberla sometido con su autoridad.

Pese a todo él tiene peor cara. Quizá tener una jeta de amargado, esa postura de entrecejo fruncido todo el tiempo, le acorte su vida. Que se joda si vive mucho menos que ella. Pero lo peor es que su ausencia, podría llevarla a ella a no saber vivir sin un cabrón al que lavarle la ropa, porque ella está tan convencida de que no son los gritos los que mandan, sino que lo quiere, lo ama y lo adora. Incomprensible. Mejor sería que, tras unas lágrimas de rigor en el funeral delante de sus hijos, por eso de disimular, ella se dijera: "Por fin me podré sentar en el asiento que me dé la gana". Lunes, 8 de marzo de 2010. Qué paradoja.

miércoles, 3 de febrero de 2010

Tengo un pálpito

Más bien diría que tengo un catarrazo, lo que me ha obligado a moderar mi entrenamiento de la mediamaratón. Hace una semana veía claro que me podía retirar de la carrera a los 15 kilómetros. Hoy, en mi estado, creo que 5 kilómetros sería ya muy optimista. Me remito a mi corta sesión de series de velocidad en la cinta. No podía con mi alma. Cosa de los mocos, la respiración dificil y de la amenaza de la fiebre. Es posible que mañana salga a rodar durante hora y media.

Pero decía que tenía un pálpito: es como traduzco yo I gotta Felling, canción del grupo Black Eyed Peas . Este cuarteto hace buena música hip-hop. Y el Tengo un pálpito es de lo mejor que han hecho, junto a Where is the love. Música comercial, sin pretensiones más allá de las económicas. Esta canción me acompaña todos los días (como si fueran muchos, yo me parto con lo mucho que entreno oigan...) en algún momento de mi entrenamiento:



Pero hoy estoy generoso (por griposo), y voy a compartir con vosotros, mis queridos 14 lectores, una versión muy divertida, rodada por los alumnos de la Universidad Montreal:



Vía

viernes, 29 de enero de 2010

"Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer".

Lo dijo J.D Salinger en una entrevista telefónica - la única que concedió - este escritor estadounidense considerado uno de los más influyentes del siglo XX, con apenas un puñado de obras, con El guardián entre el centeno a la cabeza. Murió hoy.

Yo he leído nada de él. Inculto que es uno; o mejor, culturalmente incompleto. Las frases de arriba se contraponen a todos aquellos que les (¿o nos gusta?) escribir, exhibirse, dar leccioncitas a los demás con la pluma, sentar cátedra y alimentar su ego. Literatura, periodismo y otras cosas del meter y del sacar están llenos de este ansia de figurar.

En días como hoy no me gustaría compartir ni una línea más.