viernes, 29 de enero de 2010

"Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer".

Lo dijo J.D Salinger en una entrevista telefónica - la única que concedió - este escritor estadounidense considerado uno de los más influyentes del siglo XX, con apenas un puñado de obras, con El guardián entre el centeno a la cabeza. Murió hoy.

Yo he leído nada de él. Inculto que es uno; o mejor, culturalmente incompleto. Las frases de arriba se contraponen a todos aquellos que les (¿o nos gusta?) escribir, exhibirse, dar leccioncitas a los demás con la pluma, sentar cátedra y alimentar su ego. Literatura, periodismo y otras cosas del meter y del sacar están llenos de este ansia de figurar.

En días como hoy no me gustaría compartir ni una línea más.

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