"Hay una paz maravillosa en no publicar. Es pacífico. Tranquilo. Publicar es una terrible invasión de mi vida privada. Me gusta escribir. Amo escribir. Pero escribo sólo para mí mismo y para mi propio placer".
Lo dijo J.D Salinger en una entrevista telefónica - la única que concedió - este escritor estadounidense considerado uno de los más influyentes del siglo XX, con apenas un puñado de obras, con El guardián entre el centeno a la cabeza. Murió hoy.
Yo he leído nada de él. Inculto que es uno; o mejor, culturalmente incompleto. Las frases de arriba se contraponen a todos aquellos que les (¿o nos gusta?) escribir, exhibirse, dar leccioncitas a los demás con la pluma, sentar cátedra y alimentar su ego. Literatura, periodismo y otras cosas del meter y del sacar están llenos de este ansia de figurar.
En días como hoy no me gustaría compartir ni una línea más.
viernes, 29 de enero de 2010
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