Salí de Madrid el día 21 de diciembre a las 815; llegué a Tánger el 23 de diciembre a las 2230 horas. De Madrid a Algeciras solo hay unos 700 kilómetros, que traducidos en tren, son 6 horas. Te da tiempo a escribir un post que aún no he colgado, y a ver un capítulo de
una serie que te gusta. Luego el pc muere. En fin, que terminas viendo
los increíbles por segunda vez, hasta que das una cabezadita.
Conforme me acerco a Algeciras, siempre tengo la manía de ir viendo los árboles, para ver si se mueven con el viento; cuanto más se mueve el viento, más se mueve el barco que tengo que coger para Tánger. No me gustan los barcos, y eso que me he pasado más de 576 horas de mi vida (unos 24 días con sus noches) subido en uno.
Esta vez los árboles se movían en demasía. Resultado: el tránsito de buques en el Estrecho suspendido. Esto es comprensible; el despropósito es que en el puerto te dicen: "el de las 15 horas no ha salido, pero el de las 17 horas no sabemos". Tu, que de esas 576 horas has sacado alguna experiencia, sabes que no va a haber barcos en todo el día. Entonces te quedas colgado, y te buscas la vida (pensión, hotel, motel, te quedas a dormir en el puerto como hicieron 500 personas, o te vas a una apartamento en la costa del cual te has cogido las llaves por si las moscas y los vientos).
En definitiva, que te tienes que ir a Sabinillas desde Algeciras, en un bus, que no sale hasta 4 horas más tarde que consumes en esa ciudad plagada de Andys y Lucas. Cuando llegas, estas tan rendido que te fundes en la cama viendo una película de tu Ordenador portatil (para que David Llanos diga que lo portátiles no sirven de nada).
Afortunadamente, y es lo mejor de todo el día, es que cada cierto tiempo te llaman los tuyos para darte ánimos. Gracias a los que comparto algún apellido con ellos y a
Rosa, que me llamaron para darme palique y solidalizarse con la causa.
El viento sigue soplando fuerte, hasta que el viernes parece que los
Dioses del viento dejan de fastidiar. Todo parece rodado, pero llegas al puerto y te encuentras el caos: toda la gente que va llegando, que no ha podido salir antes por el temporal, que terminan la semana y se quieren volver a Ceuta, los que empiezan sus vacaciones o quieren volver a casa por Navidad como en el anuncio...Todo esa gente choca con la gentuza del puerto de Algeciras, con la gentuza de las compañías navieras, una mafia sin siquirios.
Así que decides sacarte un billete para el Nautas, el superfastferry de la muerte chuchipiruli, tras hacerles jurar a las azafatas (acuérdense de que llevo 576 horas de experiencia, más que un master de la Complutense) que el ferry va a salir. Tate que éste no tiene que salir hasta las 1730, y que media hora antes, una mal f... nos dice a los exhaustos aspirantes a pasajeros que no se sabe si el ferry va a salir...y entonces quien escribe monta el pollo...berrea... Cada media hora se aplazaba a la media hora siguiente la comunicación del Capitán de si hacía un viaje más. Tras muchas quejas es cuando se dice la frase: "yo solo hago mi trabajo". Eludir la responsabilidad. Pues cambiad de trabajo, porque sois unos inútiles. Resumiendo, que esto ya aburre al lector, el ferry no sale hasta las 2030, y cuando llega a Tánger tiene que estar fondeado en la bahía porque no tiene atraque, porque el resto de compañías fastidia a esta, junto al puerto de Tánger que ya ni contar la organización que tiene. Menos mal que Algeciras me había encontrado con las hermanas Zaudi, Dina y Sumaya, y me había dado biodramina para chutarme contra el mareo.
Por cierto, no reparo que el buque se llama
Jaume I, el conquistador, que fastidió a los aragoneses y fue a conquistar las Baleares contra los musulmanes que en ella vivían, alegando que los pirtas mellorquines fastidiaban a los barcos catalanes.
En Resumen: El puerto de Algeciras es una vergüenza; las navieras una mafia;
Nautas, participada por Matutes, unos estafadores (en su
página web pone que tiene un compromiso de pintualidad...yo me parto); y los pobres pasajeros unos benditos: nadie protesta.