viernes, 11 de abril de 2008

La llamada

En la radio del coche oficial sonaba el boletín de las 18.00 horas de Radio Nacional, cuando el señor ministro entró. Él, instintivamente bajó el volumen.

-- A casa Antonio, por favor
-- ¿Vamos por la M-30?
-- No. En la medida de lo posible evite entrar en cualquier túnel

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Llueve fuera, pero ella no se ha dado cuenta. Lleva unas horas mirando por el microscopio y anotando a la vez en su libreta las modificaciones que había sufrido el tejido celular. De fondo suena la segunda sinfonía de Mahler. Mira su reloj. Ya es tarde. Satisfecha con el trabajo realizado, decide continuar mañana ya en compañía del resto del equipo que dirige. Dado por concluido el trabajo, decide conectar el teléfono que ha estado desconectado toda la tarde. 11 llamadas perdidas, ocho de un número desconocido, tres de su marido. "Ha pasado algo..." , se dice, y en seguida empieza a pensar en que su hermano está de viaje haciendo alpinismo, su madre tiene la cadera mal y se cae con frecuencia, su cuñada está embarazada en el quinto mes de embarazo. "¡Hola!¿Ha pasado algo?", pregunta a su marido."Hola cariño. Te han llamado de Madrid", contesta él.


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<<¡Me cago en la puta!>> dijo en voz alta cuando sonó la alarma del movil avisando de que la bateria le quedaban pocos minutos de vida. Se había quedado dormido viendo el último capítulo del Ala Oeste que su hijo le había bajado de Internet. Se incorporó descalzo, y fue hasta su maletín para rebuscar en su interior. No hubo resultado. Entró en su habitación con la esperanza de haberselo dejado en algún rincón, quizá en la mesilla de mesa. Como no encontró el cargador, le preguntó a su mujer donde estaba el suyo.
"Tu tienes un Nokia, yo un Siemens. Te he dicho miles de veces que no te sirve. Piensa dónde lo has metido", le contestó su mujer, que se sumó a la búsqueda levantando los cojines del sofá. Mientras, la batería seguía su agonía sonora, en sus últimos estertores, poniéndose el indicador visual en la pantalla de un rojo intenso, como nunca lo había visto antes. Revuelto el despacho, solo quedaba la habitación de su hijo adolescente, que dormía placidamente pese a que el ventildor del PC seguía a toda pastilla para sofocar el calor de los días que llevaba bajándose cosas. La luz de la pantalla del ordenador iluminaba el desordenado escritorio, donde el móvil Nokia de su hijo era alimentado por su cargador.


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-- Hola...soy yo...

-- ¿Qué tal?¿Cómo va? Ya te he enviado el informe... creo que no puede esperar, y deberían llevarlo al siguiente Consejo...

-- ¿Lo deberían? Dirás deberíamos. Acabo de hablar con el Presidente. Seguimos...


PS: Queridos 14 lectores: Los personajes que protagonizan estos relatos son de ficción. Cualquier parecido a la realidad es mera coincidencia... o no...

PS2: Se queréis reíros de verdad, os recomiendo esta pieza de Severino Donate en la Cadena SER

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