martes, 1 de abril de 2008

El amigo invisible

Su casa son dos bancos consecutivos de una calle de Madrid, justo delante de un hospital en restauración. Son dos. Uno siempre permanece allí, como si se lo hubiera asignado el puesto de centinela del castillo. La conversación entre cartones de Don Simón es continúa. Sólo un pequeño transistor, que resuena aún más de noche, se interpone entre los dos.


El centinela, cuando su compañero se ausenta, continúa hablando, como si no se hubiese ido a buscar más cartones para mantener su estado. Está convencido de que su compañero de bancos sigue allí. A veces, cuando le veo solo manteniendo un monólogo con la silla, creo que su compañero de banco no existe, y que el mismo ha proyectado sobre los demás su existencia. Pienso entonces que al resto nos queda algo de cordura. Sólo algo.

1 comentario:

Posh dijo...

"Hablar de la locura , es una locura en sí" ;)