- Vamos a ir a ver Lemming – me comunicó mi interlocutora - ¿Te apuntas?
- ¿Lemming? – dije pensando en esos esclavos del videojuego – vale, me apunto.
Era en versión orginal, asi que me esperaba un par de horas haciendo oído en inglés; pero no: Lemming es una película francesa, que nada tiene que ver con el famoso videojuego.
El guión valdrá para empapelar bocadillos, porque para cine, como que no. El director quiere, a estas alturas de la historia, que nos metamos en la película a base de música inquietante, de esas que preceden al susto. En esta hay musiquita inquietante todo el rato, pero sin rastro de susto. Debería de ponerse en contacto con Iker Jiménez para explicarle como se transmite la tensión con la música.
Lo único salvable de la película es la interpretación de Charlotte Gainsbourg, y solo en algunos momentos. Hace de pija francesa – ya saben blusa clara metida en unos pantalones sin cinturón, ceñidos pero no ajustados – muy bien, pero nada más, porque el guión y la dirección se encargan de que el registro no llegue a más, y quieras que el personaje se suicide a tí te dejen en paz.
Reflexión: dicen que el cine europeo (subvencionado) va mal, ¿pero quién se lee los guiones para dar las subvenciones/coata de pantalla a semejantes bodrios y diarreas mentales? ¿No hay talento en Europa? ¿Para cuándo me subvencionaran la entrada?
¿La recomendaría? Nones; es un despropósito sin sentido de esos que le dan sentido a un reloj mientras estas viendo una película. Corre el riesgo de que se acentúe la úlcera estomacal, al estar pensando que en el rato que dura la cantidad de cosas que uno podía haber estado haciendo.
- ¿Lemming? – dije pensando en esos esclavos del videojuego – vale, me apunto.
Era en versión orginal, asi que me esperaba un par de horas haciendo oído en inglés; pero no: Lemming es una película francesa, que nada tiene que ver con el famoso videojuego.
El guión valdrá para empapelar bocadillos, porque para cine, como que no. El director quiere, a estas alturas de la historia, que nos metamos en la película a base de música inquietante, de esas que preceden al susto. En esta hay musiquita inquietante todo el rato, pero sin rastro de susto. Debería de ponerse en contacto con Iker Jiménez para explicarle como se transmite la tensión con la música.
Lo único salvable de la película es la interpretación de Charlotte Gainsbourg, y solo en algunos momentos. Hace de pija francesa – ya saben blusa clara metida en unos pantalones sin cinturón, ceñidos pero no ajustados – muy bien, pero nada más, porque el guión y la dirección se encargan de que el registro no llegue a más, y quieras que el personaje se suicide a tí te dejen en paz.
Reflexión: dicen que el cine europeo (subvencionado) va mal, ¿pero quién se lee los guiones para dar las subvenciones/coata de pantalla a semejantes bodrios y diarreas mentales? ¿No hay talento en Europa? ¿Para cuándo me subvencionaran la entrada?
¿La recomendaría? Nones; es un despropósito sin sentido de esos que le dan sentido a un reloj mientras estas viendo una película. Corre el riesgo de que se acentúe la úlcera estomacal, al estar pensando que en el rato que dura la cantidad de cosas que uno podía haber estado haciendo.
3 comentarios:
Si hubieras visto Gal antes, Lemming te hubiera parecido Casablanca.
ufff... entonces tomaré nota e iré a ver alguna de cameron diaz, jajaa!h
es que tio...lo del cine español, este cine español, como que...
Mujer que labra la tierra con un diente en la mandíbula (me he quedado impresionado con lo del noruego), vete a ver a Cameron Diaz, te lo pasaras muchísimo mejor...
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