lunes, 14 de julio de 2008

Psicosis del Iphone en un vagón de metro

Hace un par de meses me compre el Ipod Touch. Me sirve para escuchar mi música, tener algunas fotos metidas (solo cuatro, y en todas ellas salgo yo) y navegar para consultar el correo o alguna última hora. Es un buen cacharro, con su hermano mayor, el Iphone, recién llegado a los escaparates de una sola compañía de teléfonos (¡Toma libre mercado!¡Viva el monopolio!)

Ayer, camino del trabajo en metro estaba escuchando unos discos de Manolo Escobar, de la gran Rocío Jurado, de Melody, del Farry, de Alejandro Sanz, de esos grandes artistas de esta tierra llamada España que ocupan los 16 gigas de mi Ipod. De repente veo que un tipo menudo, con barriga, con camiseta de tirantes amarrilla -- yo desconfío siempre de la gente que le gusta enseñar los sobacos no depilados -- se levanta y viene hacia mi, señalando con el dedo hacia mi reproductor musical: ¡"Es el iphone! ¡Es el iphone!"

Yo, que en ese momento estaba escuchando "los Gorrilas" de Melody, no entendía nada, y me quite los auriculares para escuchar al hombre de los pelillos del sobaco al aire. Comprendí que no tenía escapatoria. El vagón se encontraba entre dos estaciones. Así que puse cara de compujido, par evitar que me lo arrebatara y saque fuerzas para decir: "No no...se lo juro, es el ipod touch, con esto no se puede ni llamar ni hacer fotos". "¡¡Ah bueno!!" dijo el hombre, "es no sirve para nada". Y se volvió al asiento.

No pensé en ningún momento en contestarle, por eso de los sobacos. Pero leches, el iphone se ha convertido ya en una psicosis. La gente lo quiere, lo adora, lo desea...y bien, está chulo, ¡pero es solo un aparato!

Yo de momento me quedo con mi Nokia modelo nosécuantos: tiene una camarita de dos megapixel, llama, manda SMS y en él puedo poner un trozo de la canción de I can't take my Eyes of you:



(Salvo la música -- en verdad solo oigo a la Pantoja -- el resto es verdad)

1 comentario:

Anónimo dijo...

muy bueno!
Griselda